domingo, 26 de marzo de 2017

Nadie Como Tú: Capítulo 58

—De acuerdo, dejaré de hacer preguntas si me haces un favor.

—Como te he dicho antes, si necesitas algo…

—Habla con Pedro.

—Cualquier cosa menos eso.

—Todavía no te he dicho de qué se trata.

—No importa, no hablará conmigo.

—Necesita abrirse a alguien —dijo y al ver que el bebé se acercaba a la vitrina donde estaba la cristalería, se acercó a él por si era necesario detenerlo—. Creo que sufrió mucho cuando estuvo en esa misión. Trata de simular que está bien, pero tuvo una pesadilla el día que… Hay algo que lo preocupa, pero no me dice qué es cuando le pregunto.

—¿Qué te hace pensar que me lo contará a mí?

—Eres un hombre y, lo que es más importante, eres su hermano.

—Como te he dicho, él ya no me ve como su hermano.

Después de que Baltazar estuviera a punto de tirar una vasija de cristal de la última balda, Paula  lo tomó en brazos.

—Tuvieron un vínculo especial una vez, eso tiene que contar para algo.

—Para él está roto.

—¿Y para tí?

Él frunció el ceño.

—Pensé que ibas a dejar de hacer preguntas.

—Todavía no has aceptado hablar con él.

 Él esbozó una sonrisa.

—Cuando decidiste ser enfermera, fue una gran pérdida  para el mundo de la abogacía.

Distraer haciendo chistes era otra cosa que a los dos hermanos se les daba muy bien.

—Tu padre fue el responsable de que Pedro se interesara por lo militar.Y ha recibido una distinción por su servicio al país.

—No discutiré eso.

—Pero, ¿Por qué su dedicación tiene que impedirle llevar una vida satisfactoria?

—¿No estás siendo un poco dramática?

—No —dijo ella colocando al bebé en su asiento y abrochándole el cinturón.

Al ver que protestaba, le dió sus llaves de plástico y rápidamente se las llevó a la boca.

—Si alguien no habla con Pedro y le convence para que cuente lo que le pasó, creo que no podrá levantar cabeza.

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