miércoles, 8 de marzo de 2017

Nadie Como Tú: Capítulo 12

Pedro la observó preparar un biberón con la leche que tenía en el congelador. Una vez listo, hizo que  se sentara en el sofá con Baltazar en los brazos.

—Creo que sabrás arreglártelas —dijo quedándose cerca de él.

Pedro  le llevó el biberón a la boca y el pequeño comenzó a succionar. Al menos uno de los dos sabía lo que tenía que hacer. Entonces reparó en que estaba dando de comer a su hijo por primera vez. Aquél era un gran momento. El bebé también debió de notar algo porque empezó a retorcerse.

—Está bien, muchacho. Tranquilo —dijo él con voz queda.

Eso pareció calmarlo y empezó a succionar de nuevo. Después de acabarse el biberón soltó un gran eructo.

—Estoy muy orgulloso —dijo sonriendo a Paula.

—Lo has hecho muy bien.

Baltazar dejó escapar un suspiro de satisfacción y  se preguntó qué era lo siguiente que tendría que hacer. Luego, el bebé cerró los ojos y sintió una emoción contenida en su pecho.

Había estado en  los  campamentos  militares  de  la  marina,  había pilotado helicópteros  en Afganistán, pero nunca se había sentido tan cansado como en aquel momento. Ser padre era un trabajo duro en todos los sentidos. ¿Y si nunca hubiera recibido la carta? Pensar en Paula  embarazada de su hijo lo había ayudado a soportar los momentos más difíciles. De repente, se preguntó cómo había averiguado adonde mandar la carta.

—¿Quieres que lo deje en su cuna? —preguntó ella.

—No, me gusta sujetarlo en brazos. ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro —dijo ella sentándose a su lado en el sofá.

—Cuando estaba destinado en el extranjero… —dijo mirándola a los ojos—, ¿Cómo averiguaste mi dirección?

—Por tu hermano.

Federico Alfonso,  el  hombre que lo traicionó  y que  rompió  su matrimonio. Por desgracia, la muerte de su padre los había unido como socios en Helicópteros Southwestern. Por eso, su hermano abogado tenía que saber dónde localizarlo. Debería haberse dado cuenta de que ella acudiría a él para esa información.

—¿Qué ocurre? —preguntó Paula con el ceño fruncido.

La respuesta fácil era que no quería que el cretino de su hermano estuviera cerca de ella. Pero lo que le intrigaba saber era por qué aquella idea le molestaba tanto.

—No es importante.

 —¿No? Entonces, ¿Por qué esa expresión?

—¿Cuál?

—Como si quisieras estrangular a alguien. Sé que tu hermano vive aquí en Las Vegas así que fui a verlo. Fue muy amable y de gran ayuda.

Aquello no era una sorpresa. Paula era una mujer increíblemente guapa, no muy diferente a su ex esposa. Federico  la había seducido sin reparar en sus vínculos legales o familiares. La idea de Paula en una situación comprometedora estrechaba el nudo de su estómago.

—Apuesto a que se mostró dispuesto a echarte una mano.

—Me  dijo  que  si necesitaba  algo  mientras  estabas  fuera  que  lo llamara. Y que le avisara cuando se convirtiera en tío.

—¿Y lo hiciste?

—No. Al ver que no contestabas, pensé que lo mejor era no hacerlo.

Gracias a Dios. La idea de su hermano cerca de ella no le gustaba nada.

—Muy lista.

—Es evidente que no apruebas lo que hice —dijo mirándolo con los ojos entrecerrados—. Me gustaría que me contaras más, Pedro. No sé qué ocurre entre tú y…

—Nada.

Había habido un tiempo en que había querido ser como su hermano mayor. Para su padre, Federico era el hijo perfecto.

—¿A quién si no iba a recurrir? ¿Habrías preferido que no te hubiera escrito?

—No —dijo de manera cortante y en voz más alta de lo que habría querido.

Baltazar comenzó a retorcerse y gemir, a la vez que agitaba sus pequeños puños. Pedro no estaba seguro de lo que había hecho. Paula se puso de pie y abrió sus brazos.

—Yo me ocuparé.

Le entregó al bebé puesto que no quería complicar las cosas. Ella se fue por el pasillo murmurando dulces palabras que parecieron funcionar dado el silencio que se hizo. Paseó por la habitación. Estaba enfadado con Paula, pero sobretodo consigo mismo. Creía que el pasado no le afectaría más, pero estaba equivocado. Y eso, había afectado a su hijo. Era evidente que  estaba confundida y quería saber qué ocurría entre su hermano y él, pero lo último que quería hacer era hablar de ello.Ni de eso, ni de lo que le había pasado en Afganistán. Mientras pudiera,haría lo que fuera para que su lado oscuro no afectara a su hijo ni a Paula.No podría soportar que algo malo les ocurriera.

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