miércoles, 1 de marzo de 2017

Cambiaste Mi Vida: Capítulo 61

—Hola, cariño —dijo Pedro arrodillándose y abrazando a Sofía—. Pareces un ángel.

 —Eso es lo que tengo que parecer, tonto —sonrió la pequeña—. Mamá decía que, a lo mejor, tenías mucho trabajo, pero yo sabia que ibas a venir.

—Es cierto que tenía mucho trabajo interno que hacer —admitió,  mirando a Paula—. Pero he venido, sí, porque en la vida lo primero es la familia. Anda, ponte en la fila, que vas a salir ya.

—Sí —contestó Sofía muy felíz.

—Estaré viéndote desde la primera fila, junto a tu madre.

—Te quiero mucho, Pepe—se despidió la niña abrazándolo.

— Yo también te quiero.

Paula los miró emocionada, con un gran nudo en la garganta.

—Intentaré hacer todo lo que pueda para que no eches de menos a tu hijo — dijo Sofía.

Pedro tragó saliva.

—Gracias.

—Si tú me quieres y yo te quiero, ¿Es como si fueras mi padre?

—Eso depende de tu madre.

—Sofi, a la fila —le dijo la profesora con dulzura.

—Ya voy —se despidió la niña corriendo junto a sus compañeros.

—Hola —le dijo Pedro a Paula—. Está preciosa.

—Sí —contestó ella—. No creía que fueras a venir.

—Me vino a ver un hada madrina.

—No entiendo a qué te refieres, pero me gustaría decirte algo antes de que sigas.

—Muy bien —accedió Pedro metiéndose las manos en los bolsillos.

—Mi hija sólo tiene cinco años y te ha perdonado fácilmente, pero yo no. Has conseguido que te quiera, pero eso no te da derecho a hacerle daño. Te has colado en nuestras vidas y eso conlleva una serie de responsabilidades. La primera es cumplir las promesas que haces.

—Por eso he venido —contestó Pedro—. También porque te admiro como no te puedes ni imaginar  por cómo proteges y defiendes a tu hija.

Paula lo miró sorprendida.

—Tienes razón, la he hecho sufrir hasta el último momento y no tengo excusa, pero te prometo que no volverá a suceder. Acepta mis disculpas.

Ella sintió cómo el enfado desaparecía y daba paso a una terrible tristeza.

—Disculpas aceptadas —contestó creyendo ... no lo volvería a ver—. Tengo que ir a sentarme con  mis padres.

—Espera, te tengo que decir otra cosa —dijo él agarrándola—. La ultima vez que nos vimos dijiste que te arrepentías de haberte enamorado de mí. ¿Lo decías en serio?

—¿Lo de arrepentirme o lo de estar enamorada tí?

—Da igual. Yo te quiero y siempre te querré.

 En aquel momento,  Paula no pudo evitar que las lágrimas le resbalaran por las mejillas.

 —Por favor, no llores, Te prometo que no soy cómo el padre de Sofi, te prometo que no las abandonaré jamás —insistió, apretándole las manos con fuerza.

 —Sé perfectamente que no eres como él.

—Entonces, ¿Me perdonas?

—Por supuesto —contestó Paula—. Te quiero.

 Pedro la estrechó entre sus brazos y la besó. Y Paula se sintió la mujer más afortunada del mundo.

—Pedro  te pide que te cases con él —le dijo mirándola a los ojos.

—Ya veo que no pierdes el tiempo.

—Ya he perdido demasiado. ¿Por qué esperar cuando estoy tan seguro de lo que siento por tí? Te quiero y quiero a tu hija, quiero ser su padre. ¿Confías en mí?

—Al cien por cien —sonrió—. Mi hija es una niña muy afortunada. Va a tener el padre más maravilloso del mundo.

—Tú también podrías tener el marido más maravilloso del mundo —sonrió Pedro—. ¿Qué me contestas? ¿Te quieres casar conmigo?

—¿Qué te voy a contestar? ¡Por supuesto que quiero casarme contigo! — gritó Paula abrazándolo.

—Sugiero a la señora enfermera que para celebrar esto me haga el boca a boca.

—A sus órdenes —contestó Paula besándolo y demostrándole que la mejor medicina del mundo es el amor.



FIN

3 comentarios:

  1. Hermoso final! Me encantó esta historia! Gracias por compartirla!

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  2. Que hermosa historia. Súper emocionante!!

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  3. Ayy me muero que linda historia 😍😍 @rociibell23

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