domingo, 12 de marzo de 2017

Nadie Como Tú: Capítulo 27

—Quiere ejercer de padre de nuestro hijo. Tenemos un acuerdo.

—¿Cómo? —dijo echándose hacia atrás y entrelazando sus manos sobre su liso estómago—. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que crees que te puedo ayudar de alguna manera.

—Así es, si no, no estaría aquí durante mi hora de comer.

Lo había hecho así para que Pedro no supiera de aquella visita.

—Así que, ¿Qué puedo hacer por tí, Paula?

—Quiero que me digas qué hay entre Pedro y tú —dijo mirándolo a los ojos. Él frunció el ceño durante una milésima de segundo.

—Mi hermano y yo somos socios en la compañía de helicópteros.

—Lo sé. Y parece que es la única parte de su relación que funciona.

—¿Le has preguntado a Pedro por esto?

—Sí. Ahora quiero saber tu parte de la historia.

Estaba mintiendo, pero esperaba que picara el anzuelo y le contara.

—¿Qué te ha contado?

—Que no se llevaban bien.

—Entiendo.

Era abogado y no estaba dispuesto a ponerle las cosas fáciles. Iba a tenerse que esforzar y empezar a hacerle preguntas.

—¿Estás de acuerdo?

 —Las relaciones fraternales son muchas veces complicadas.

—Eso no es una respuesta, Federico.

—Lo sé. Estoy intentando averiguar por qué el acuerdo que tienes con mi hermano incluye tratar de saber lo que pienso.

—Te lo diría si pudiera.

Pedro estaba allí por su hijo y eso era todo lo que debía importarle, pero era consciente de que lo que pasara entre su hermano y él podía afectar algún día a Baltazar. Había notado que él estaba sufriendo, que estaba enfadado y que aquello era algo más que rivalidad entre hermanos para competir por el afecto de un padre.

—Es complicado —añadió ella.

—Lo que tenemos es un callejón sin salida.

—Me gustaría entender lo que está pasando.

 Federico la miró entrecerrando los ojos.

—¿Te ha enviado Pedro?

—¿Acaso eso cambiaría algo?

—Quizá.

—¿Por qué?

—Es complicado —dijo él repitiendo las palabras de Paula.

Había melancolía en sus ojos, como si tuviera alguna esperanza.

—¿Echas de menos a tu hermano?

—Es difícil extrañar lo que no has tenido —dijo inclinándose hacia delante y apoyando los codos sobre la mesa.

 —Pero te gustaría cambiar eso —afirmó ella.

—Es como si Pedro y yo siempre hubiéramos estado enfadados.

—Me ha contado que tu padre siempre te prefirió a tí.

—A mí no me daba esa impresión.

 —¿Podrías explicarlo?

—Mi padre hablaba de Pedro todo el tiempo. El hijo que estaba sirviendo al país, que pilotaba helicópteros, que salvaba vidas en las guerras. El héroe…

—¿Así que estaba orgulloso de él?

—Podría decirse que sí —rió sin humor—. Para él, no había nada mejor que una carrera en el cuerpo de marines.

—¿Por qué no le dijo todo esto a Pedro?

—Esa es una buena pregunta. Imagino que por su mentalidad militar, por miedo a que los  halagos lo volvieran  blando,  por  la diferencia generacional… Elige la respuesta que prefieras.

Paula se quedó estudiando su mirada triste y anhelante y se dió cuenta de que Pedro no era el único que había extrañado el respeto, la admiración y el cariño de su padre. Federico también había sufrido. Sólo alguien que hubiera sufrido lo mismo podía entenderlo. Los dos hermanos tenían que hablar y tenía la sensación de que Federico lo estaba deseando.

1 comentario:

  1. Muy buenos capítulos! Espero que Federico no vuelva a traicionar a su hermano.

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