viernes, 4 de marzo de 2016

Necesito Tu Amor: Capítulo 69

Paula no podía soportar la imagen de Pedro tocando a Giuliana del mismo modo que la había tocado a ella.

—Es hora de que te vayas.

—No tan rápido. Aún hay algo que quiero decirte y después esperaré a Pedro para felicitarlo por volver a andar.

Paula no podía creer la audacia de la otra mujer.

—Si quieres ver a mi marido, pídele una cita a su secretaria. No eres bienvenida en mi casa.

—No me iré de aquí.

—El personal de seguridad de Pedro no lo verá igual que tú, supongo.

—No me echarás a la calle. No tienes agallas.

La amenaza de Paula parecía haberla pillado por sorpresa. Paula abrió la boca para responder cuando oyó la voz de Pedro.

—No sabías que estarías acompañada, cara.

Paula se giró hacia él para observar su inexpresiva mirada.

—Ha venido sin avisar.

—Y tu mujer acaba de amenazarme con echarme a la calle —la voz de Giuliana se había vuelto queda y dolorida. Para disgusto de Paula, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

—¿De verdad? —dijo Pedro con sonrisa sarcástica.

Giuliana cruzó la habitación y se agarró a la chaqueta de él.

—¡Sí! No es suficiente con que se haya casado contigo, sino que quiere apartarme de tu vida por completo.

Pedro apartó a Giuliana de sí y miró a Paula.

—¿Es verdad?

—Sí. Le dije que, si quería verte, le pidiera una cita a tu secretaria. No la quiero en mi casa.

Paula no se preocupaba por las apariencias. Giuliana había mentido en Nueva York, había amenazado su matrimonio y ahora Paula era consciente de su poder de seducción sobre Pedro. Paula no deseaba incluirla en su círculo de amigos.

Pedro  asintió.

—Pero no creo que la cita sea necesaria.

Miró a Giuliana y no pudo ver el espasmo de dolor que cruzó el rostro de Paula.

—Podemos hablar ahora, ¿verdad?

—Sí, Pedro. Por favor. Sólo quería decirte lo feliz que estoy de verte andar de nuevo —dijo, casi ronroneando como un gato.

Pedro se alejó de ella y se sirvió un whisky.

—¿Cómo lo supiste?

—Me encontré con la mujer de tu fisioterapeuta accidentalmente mientras estaba de compras. Empezamos una amistad, y no puedes culparme por querer seguirte la pista.Sobre todo después de lo que hemos compartido.

Sus palabras y la obvia falsedad de Giuliana hacían que Paula se sintiese enferma. Pedro tal vez no hubiera soportado que hubiera expulsado a su ex prometida de la casa, pero eso no significaba que ella tuviera que quedarse a presenciar cómo otra mujer desplegaba toda su artillería con su marido.

Se giró y salió de la habitación.

Pedro la llamó, pero lo ignoró al igual que ignoró la voz de Giuliana diciéndole que la dejara marchar.

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