miércoles, 16 de marzo de 2016

La Impostora: Capítulo 33

Habían pasado dos días en los que Pau se había criticado a sí misma por cobarde. La lógica le decía que sería peor esperar, pero era difícil ser lógica cuando se refería a sus sentimientos por Pedro.

El miércoles se reunieron con los padres de Pedro para comer y discutir los detalles de la boda. Su madre estaba decidida a hacer una gran celebración, a pesar del poco tiempo que quedaba.

—Luciana y su marido, Daniel, van a venir y Federico lo ha prometido también —dijo Ana Alfonso mientras tomaban café.

—Menos mal que la he convencido de que no fletara un 747 y se trajera a toda la familia —dijo su marido bromeando.

—Por favor, Horacio, no seas exagerado.

—No estoy exagerando nada.

— ¿Estás segura de que no quieres invitar a nadie más a a la boda? —preguntó Ana comprobando la corta lista de invitados de Pau.

—Sólo a Zaira y a Santiago —confirmó ella.

Estaba intentando entrar en el espíritu, pero era difícil con la conciencia culpable.

— ¿Tus padres ya no viven? —preguntó la otra mujer con simpatía.

Ese tema era algo que Pau no quería tocar.

—Nos quedamos huérfanas cuando éramos muy pequeñas —dijo sin pensar.

Después de haberlo dicho sintió alarma cuando Pedro la miró interrogante.

— ¿Nos quedamos?

El estómago de Pau se encogió.

—Tengo una... hermana —dijo cuidadosamente.

No hubiera querido contar ni siquiera eso, pero ya que había cometido un error se dió cuenta de que podía aprovechar esa oportunidad.

Ana pareció encantada.

—Bueno, pues entonces....

—No nos llevamos bien —Pau la interrumpió rápidamente—. De hecho, ni siquiera sé dónde vive.

—Lo siento, cielo, no lo sabía —dijo Pedro, tomando su mano y aceptando lo que decía sin preguntar.

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