Enamorada: Capítulo 59

—No tengo bandejas, mamá.

—Ya me lo imaginaba. Pero tienes algo que contarme.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Soy tu madre —Ana se encogió de hombros como si eso lo explicara todo.

 Y seguramente era así. Pedro no era padre todavía y no podía asegurarlo. Pero se preparó para hablar, porque no tenía sentido demorarlo.

—Bueno, tienes razón. Hay algo relacionado con Paula. Pero no es culpa suya. El culpable soy yo —lo mejor era quitar la venda de un tirón—. Está embarazada y yo soy el padre.

—Entiendo…

—Lo siento si soy una decepción para tí.

—¿Un nuevo nieto? —dijo Ana—. Un bebé. Es maravilloso.

—Sencillamente, ocurrió. No lo tenía planeado. No me han educado así, pero esta vez me hice un lío. Siento que la situación no sea perfecta.

—¿De qué estás hablando?

—Los decepcioné a papá y a tí. Cometí un error. No es mi mejor momento y no lo he hecho perfecto. No metía la pata de tal modo desde que estaba en la facultad de Medicina…

Los ojos de su madre reflejaron de pronto entendimiento.

—Oh, Pepe —se acercó a él y le abrazó—. ¿Creías que papá y yo esperábamos que fueras perfecto?

—Bueno… sí —dijo él finalmente—. Papá y tú nunca meten la pata.

—No puedo creer que pienses eso —Ana le dió un coscorrón cariñoso—. Tal vez no seas tan inteligente como debería ser un Alfonso. Quizá nos cambiaron de niño en el hospital.

—¿Perdona?

—El mejor modo de explicártelo es diciéndote que tú fuiste nuestro primer hijo y no venías con manual de instrucciones. Queríamos que fueras lo mejor que podías ser. Eso supone intentar un delicado equilibrio entre la motivación y la presión para lograr el éxito. Y luego llegaron los gemelos, y estábamos tan cansados cuidando a dos bebés que te dejamos en cierto modo solo. Pero eras muy independiente.

Ana se lo quedó mirando un instante, esperando a que dijera algo.

—Soy ingeniera biomédica, así que la comunicación no es mi fuerte. Te toca a tí contribuir a la conversación.

Pedro pensó en el pasado. Tenía una mezcla de sentimientos entre el niño que había sido y el hombre que era ahora. Le resultaba difícil expresarlo con palabras.