miércoles, 12 de abril de 2017

Enamorada: Capítulo 49

—Eso es lo que dice él.

—¿Algo más?

Paula se encogió de hombros.

—Todavía está procesando la información.

—¿Qué tiene que procesar? Va a ser padre. Eres la madre de su hijo.

—Para él ha sido un impacto, Zai. Es un médico muy ocupado.

—Es un impacto para todo el mundo y todo el mundo está muy ocupado. Eso no significa que pueda darte la espalda ahora. Tiene que estar ahí para apoyarte. Si no lo hace, no es el Pedro Alfonso que yo conozco y tendré que hablar seriamente con él. Y Nicolás también tendrá algo que decirle.

Paula  sabía que quería tener a Pedro en su vida tanto si tenía un hijo con él como si no. Deseaba tanto que eso sucediera que le dolía. Pero prefería sufrir que obligarle a nada. Le había dicho las frases correctas, pero la mirada de sus ojos era fría, desconectada. No sabía lo que era que alguien se quedara a su lado y cuidara de ella. No tenía motivos para pensar que Pedro reaccionaría de manera distinta, y no podía permitirse creer que lo haría.

—No pasa nada, Zai. No le necesito.

—Más le vale hacer lo correcto.

Paula alzó una mano.

—No vayas por ahí.

—Me refiero al apoyo emocional y económico. No he dicho nada de matrimonio.

A Paula se le había pasado por la cabeza en algún momento, y sabía la razón. Nunca había sentido por ningún hombre lo que sentía por él. Pero… sí, siempre había un pero.

—Tenía derecho a saber lo del niño, pero no tengo intención de pedirle nada.

Zaira asintió.

—Si no hubieras dicho algo tan firme y que mostrara tanta independencia, pensaría que te habían abducido los alienígenas.

—Y así ha sido —respondió ella llevándose la mano al vientre.

—Pase lo que pase no estarás sola. Nico y yo te apoyaremos.

—Lo sé —la voz se le quebró, pero tragó saliva—. Malditas hormonas. Vas a hacerme llorar otra vez.

—Estoy aquí contigo —susurró Zaira—. Se me acaba de ocurrir una cosa. Nuestros hijos se llevarán menos de un año. Pueden crecer juntos y ser los mejores amigos, como nosotras.

—No había pensado en eso —Paula sonrió—. Sería maravilloso.

Sonó el móvil de Paula y miró la pantalla. Pedro. Una parte de ella deseaba ignorarle, pero otra parte se sintió muy feliz. Deseaba desesperadamente hablar con él. Pulsó la tecla de responder.

—Hola, Pedro.

Zaira levantó los pulgares.

 —¿Cómo te sientes?

 Aquella voz grave la hizo estremecerse y deseó estar entre sus brazos.

—Igual.

—¿Estás comiendo?

 —Un poco. La comida no me resulta muy apetecible ahora mismo.

—Tienes que comer. He investigado un poco y Leticia Hernandez es la mejor ginecóloga del Centro Mercy.

—Eso he oído.

Zaira se levantó e hizo un gesto para indicar que se iba. Paula se despidió con la mano y se quedó sola.

—Voy a llamar a su consulta.

—Ya lo he hecho yo. Llamé pidiendo un favor y tienes una cita mañana a las tres. ¿Sabes dónde está la consulta?

—En el edificio de Horizon Ridge Parkway, no muy lejos del hospital.

—De acuerdo. Yo tengo quirófano por la mañana, así que te veré allí.

—Si no puedes ir, no te preocupes.

—Sí me preocupo. Y estaré allí —tras una breve pausa, Pedro habló con voz todavía más grave. Tensa—. Cuídate, Paula.

—Siempre me cuido.

Porque nadie más lo hacía por ella. Pedro estaba haciendo lo correcto por las razones equivocadas.

A las dos y cuarto de la mañana siguiente, salió de su despacho en el hospital y se dirigió hacia su plaza de estacionamiento. Era casi junio y hacía muchísimo calor. Por las noches refrescaba, pero pronto haría un calor insoportable las veinticuatro horas del día. Al menos no tendría mucha panza durante los brutales meses veraniegos de Las Vegas. Su hija había nacido a finales de septiembre, y ella se la había imaginado con diferentes edades. Tal vez tuviera piscina en el jardín. O iría a casa de algunos amigos para bañarse y refrescarse. Con suerte sería una niña sana y felíz, pero no había forma de saberlo. Y esa era la parte más dura.

2 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos!!! Pauls necesita que Pedro vuelva a ser el del viaje! Está muy frío con ella!

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  2. Pobre Pau! Que Pedro le demuestre su amor

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