viernes, 28 de abril de 2017

Amor Inolvidable: Capítulo 23

Saber qué hacer con un padre mayor y achacoso formaba parte del servicio social en el que Paula era experta. Salió de la sala de urgencias en la que se había reunido con el paciente y la familia para darles información sobre las posibilidades que tenían. Parecía que el hijo del señor de ochenta y ocho años y su mujer estaban más tranquilos que cuando entró por primera vez en la sala. El conocimiento proporcionaba poder, y ella sabía por experiencia que no tener poder sobre una situación podía convertirse en un agujero negro de desesperación. Se dirigió hacia el ascensor por el largo pasillo y entonces escuchó unos pasos detrás de ella, y luego una voz masculina.

—¿Paula?
Ella disminuyó el paso y se giró. Reconoció al instante al médico y se preparó para el momento.

—Hola, Lucas.

—Cuánto tiempo —dijo parándose delante de ella.

—Sí.

¿Se habría detenido para echarle la bronca?  Los amigos de Pedro habían sido siempre muy protectores. ¿Sabría  que le había ocultado a Pedro que tenía una hija? Su expresión no daba ninguna idea de su estado de ánimo. Lucas Andrews tenía aspecto de actor de Hollywood y podría hacer el papel de médico en una seria de televisión si no lo fuera ya en la vida real. Era alto, moreno y guapo, tenía unos ojos serios y al mismo tiempo misteriosos. Emily se había preguntado siempre dónde estaba el truco. Era demasiado amable, demasiado guapo, demasiado perfecto. Y estaba demasiado solo.

—¿Cuánto tiempo llevas trabajando otra vez en el Centro Médico Misericordia? —le preguntó Lucas.

—Un par de semanas —desde que ya no tenía que seguir evitando a Pedro.

—Pedro, Marcos y yo estábamos justo hablando de ti.

—¿Ah, sí?

 No debería importarle lo que pensaran los amigos de Pedro, pero eso no la detuvo. Durante el tiempo que estuvieron juntos, había pasado mucho tiempo con Marcos Torres y Lucas Andrews, el suficiente para llegar a tenerles aprecio y respeto.

Lucas se metió las manos en los bolsillos de los pantalones.

—He oído que hay que felicitarlos a Pedro y a tí. Así que… felicidades atrasadas por su hija.

—Gracias. Olivia es una bendición.

—Una bendición que al parecer no querías compartir con su padre. Hasta ahora —la desaprobación le endureció la mandíbula—. ¿En qué diablos estabas pensando, Paula? No se le puede ocultar algo así a un hombre.

—Ahora lo comprendo —dejó escapar un suspiro—. Pero cuando traté de decirle que estaba embarazada, todo lo que Pedro dijo me convenció de que no quería tener hijos. Las palabras se me quedaron en la garganta.

—¿Y ahora por qué te han salido?

Estaba claro que Pedro no les había contado a sus amigos sus problemas de salud. Dependía de ella compartir esa información, y así lo hizo.

—Tengo un bulto en el pecho. Eso me hizo pensar que, si yo faltara, Oli estaría sola.

—Entiendo —Lucas  guardó silencio unos instantes, procesando sus palabras—. ¿Te lo has mirado ya?

Paula asintió.

—Tengo un ultrasonido este viernes.

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