miércoles, 17 de mayo de 2017

Has Vuelto A Mí: Capítulo 12

—Las cosas tienen que decirse —protestó el padre y se pasó la mano por el pelo cano.

—No deberías burlarte de Elena —declaró Gonzalo, cuando estuvieron a solas—. Ha sido muy buena con nosotros y todos dependemos de ella.

—No me burlaba de ella —protestó Paula—. Ya sé de dónde vienen los huevos y el tocino. Y que me llame señorita Chaves... ¿No sabe que yo vivía aquí antes?

Paula se encogió de hombros y  se dió cuenta de que era muy parecido a su padre. Cuando ella se fue, era un divertido adolescente de diecisiete años. Y a no ser por él, ella nunca habría tenido la oportunidad de ir a Estados Unidos. Fue él quien le dijo que los Kramer necesitaban alguien que cuidara a su hija mientras ellos se iban de gira. Y gracias a la influencia de Gonzalo,  había conseguido el puesto, ya que no era una niñera profesional y tenía muy poca experiencia. Pero Esteban, Denise y ella se habían gustado desde el principio. Gonzalo era mucho más serio que antes, ya estaba casado, Laura, su esposa, era una mujer tímida, que cuidaba de sus dos hijos y dejaba que Gonzalo tomara todas las decisiones.


—Me imagino que se siente incómoda contigo —comentó Gonzalo.

—Ah... la señora Davis —Paula se sirvió café—. No creo que sea eso — sonrió—. Tal vez teme que yo ponga en peligro su posición. El regreso de la hija pródiga y todo eso...

—No seas tonta —rezongó—. ¿Por qué se va a sentir amenazada Elena contigo? No vas a ensuciarte las manos, ¿Verdad? Esa ropa elegante no es adecuada para estar a gatas en el granero —la miró con desprecio. Y eso es lo que la señora Davis hace? —inquirió Paula con frialdad, dándose cuenta de que Gonzalo sólo imitaba la actitud de su padre.

—No... —se encogió. —¿Entonces, Por qué esperas que yo lo haga? —lo miró a los ojos—. Qué pena que no te guste lo que llevo puesto, pero es fresco, cómodo y fácil de lavar.

—No me refería a eso y lo sabes.

—¿Ah, no?

—No —tartamudeó—. Para tí esto es una visita de cortesía nada más. Mañana vas a ir al funeral de la abuela y luego te marcharás Volverás a Nueva York, con tus amigos atildados y tu departamento elegante...

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