miércoles, 3 de mayo de 2017

Amor Inolvidable: Capítulo 42

—El matrimonio terminó y no había ninguna razón para sacar el tema —Marcos se encogió de hombros y luego sonrió a su esposa con ternura—. Al menos hasta que mi tenaz consejera me llevó a abrirme.

—Cuando dice «tenaz», quiere decir «terca» —explicó Sabrina.

—Pero teníamos muchos conflictos que resolver. No fue una travesía fácil.

—Y también tenéis un niño precioso y sano —dijo Pedro sonriendo al bebé—. ¿Sabían que Paula está al frente de un programa de ayuda a madres adolescentes que no cuentan con apoyo familiar?

—¿En serio? —Sabrina  parecía realmente interesada.

Paula asintió.

—Ahora mismo tengo a dos chicas. Viven con sus hijos y acuden a clase, además de trabajar a tiempo parcial.

Miró a Pedro, que la estaba observando. En lugar de resentimiento o desaprobación en su expresión, le pareció ver orgullo.

—Paula está haciendo un gran trabajo por esas chicas —comentó—. Tiene unas reglas estrictas, una de las cuales es la educación. Es la única manera de convertirse en un miembro independiente de la sociedad. Las chicas trabajan duro. El padre del hijo de una de ellas trabaja también duro además de ir a la escuela. Julián está muy centrado.

—Tiene mucho peso sobre los hombros —Sabrina colocó a Olivia en su regazo.

—Eso sin duda —reconoció Pedro —. Por eso necesitan apoyo y ayuda. Cuando Franco sufrió un accidente, todo el mundo se volcó.

—Incluido Pedro —les dijo Paula—. Estuvo allí para asegurarse de que no hubiera complicaciones.

—Suena como una gran familia —Sabrina  sonrió cuando Oli  se retorció para bajarse.

—Algo que yo nunca tuve —dijo Paula en voz baja. Todo el mundo la miró expectante, y ella se vio hablando más de sí misma—. Sólo estábamos mi madre y yo. Mi padre desapareció antes de que yo naciera, y cuando yo nací no había ningún apoyo.

Sabrina asintió.

—Creo que todos estamos rotos en un sentido o en otro. Yo perdí a mi madre cuando era pequeña y me crió mi padrastro. No fue fácil, y odio las frases hechas, pero lo que no nos mata nos hace más fuertes. Si tenemos suerte, aparece alguien especial y no tenemos que ser tan fuertes como lo somos sin ellos. Yo esperé mucho tiempo a Marcos.

—¿Y no valió la pena la espera? —dijo él con una sonrisa.

Ella apoyó la cabeza en su hombro.

—Sin ninguna duda.

Paula se dió cuenta de que Pedro era el único que no había hablado de su pasado. Ella sabía que tuvo una infancia bastante despreocupada, pero también había estado casado y nunca hablaba de ello. Eso formaba parte de quién era y  sospechaba que también estaba relacionado con sus escasos deseos de comprometerse. Cuando lo miró, observó algo incómodo en sus ojos, una expresión que se parecía mucho a la envidia. Se le pasó por la cabeza que tal vez la reconociera porque a ella le pasaba lo mismo. Marcos y Sabrina habían confesado que habían pasado por mucho antes de encontrarse el uno con el otro. Su perseverancia había dado lugar a un matrimonio feliz y un precioso niño. Igual que Pedro, ella los envidiaba. La familia que ellos tenían era lo que  siempre había deseado. Si hubiera perseverado en contarle a  Pedro  que estaba embarazada, tal vez hubieran podido tener una oportunidad. Pero la parte de ella que le impidió contarlo había acabado con aquella posibilidad. El atisbo de lo maravillosa que podía haber sido su vida era su castigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario