domingo, 7 de mayo de 2017

Amor Inolvidable: Capítulo 54

—No. Me arrepiento de no haber estado en posición de haberle dado la vida que merecía. Así que me eché a un lado y dejé que los padres que se merecía le dieran esa oportunidad. Ahora tendrá doce años, estará a punto de convertirse en un hombre y me arrepiento de no haber podido verle y asegurarme de que todo estaba bien.

Lamentaba que su confesión hubiera hecho a Pedro pensar peor de ella de lo que ya pensaba, pero eso no era algo que fuera a compartir con su padre. A pesar de eso, miró directamente a Horacio a los ojos.

—Bajo las mismas circunstancias, volvería a hacer lo mismo otra vez.

—Pero no quieres que eso les suceda a las adolescentes de tu programa.

No la estaba cuestionando, y ella se lo agradeció.

—Quiero que tengan más oportunidades si tiene lugar un embarazo no deseado.

Horacio asintió.

—Entonces estoy seguro de que ayudarás a Patty en estos momentos tan difíciles.


—Tal vez yo no sea la persona adecuada para aconsejarla. Después de todo, yo hice lo mismo.

—No exactamente —Horacio se cruzó de brazos—. Tal vez el embarazo de Oli no fuera deseado, pero estabas en posición de ocuparte de ella.

Vaya. Horacio la estaba defendiendo de sí misma. Aquel hombre debería estar resentido contra ella, y sin embargo no lo estaba.

—Pedro me habló de su pasado.

Horacio frunció el ceño.

—Recuerdo cuando vino a vernos a Ana y a mí con la noticia de que Valeria  estaba embarazada. Los dos le aconsejamos que siguiera adelante con sus planes para la universidad, y que nosotros la ayudaríamos con el embarazo, etcétera. Pero Cal insistió en casarse. Qué desastre.

—Es un hombre increíblemente bueno, decente y especial.

Horacio  la observó detenidamente.

 —No me había dado cuenta con anterioridad de que se te ilumina la cara cuando hablas de él.

—¿Y eso? —al parecer iba a tener que esforzarse más en ocultar sus sentimientos.

—Soy el padre de Pedro y desde luego, su más ferviente fan. Pero él no camina sobre las aguas. De hecho, cuando las cosas no salieron bien entre vosotros dos, estaba bastante… ¿cómo te lo diría? —se quedó pensativo un instante—. Era muy difícil convivir con él. Siempre se jacta de que es él quien se marcha.

—El ganador —dijo Paula con suavidad—. Odia perder.

—Exacto.

Así que le había herido el orgullo, pensó ella. Sabía que una vez le importó, pero ella había quemado ese puente. No había vuelta atrás.

—Siento haberme desahogado contigo. Pero las chicas que estoy intentando ayudar son mi familia. El psiquiatra tendría una mina conmigo. Parece que esto tiene que ver con el niño que no pude conservar.

—No seas tan dura contigo misma, Paula. Todos cometemos errores. El carácter se define por el modo en que nos enfrentamos a ellos —Horacio frunció el ceño—. Estoy seguro de que Pedro escuchó algo mientras crecía y que eso influyó en su decisión de casarse con esa bruja mentirosa.

—No seas tan duro contigo mismo, Horacio —repitió ella—. ¿Cómo ibas a imaginar tú que alguien pudiera ser tan manipuladora?

—Desde luego, Ana y yo no teníamos ni idea. Y Pepe se quedó con ella demasiado tiempo, tendría que haberla dejado. Le dejó una impronta —sacudió la cabeza—. Por desgracia, eso hace que no esté dispuesto a darse otra oportunidad. Como has dicho, odia perder. Eso le convierte en un buen médico, pero me temo que su vida personal sufrirá por culpa de eso.

—Sí…

Horacio bajó la vista cuando sonó su busca.

—Tengo que irme —dijo tras mirarlo.

 —Por supuesto. No era mi intención entretenerte.

—No pasa nada —Horacio la abrazó deprisa—. Resiste.

¿Qué otra posibilidad le quedaba? pensó viendo cómo se marchaba. Horacio había educado a Pedro para ser el hombre que era, el hombre del que ella se había enamorado, con el que había tenido una hija y del que se había vuelto a enamorar de nuevo al ver cómo se portaba con su hija. El futuro que tenía por delante se presentaba doloroso porque tenía que interactuar con él por Oli. Paula había convertido su vida en un desastre, y quedarse allí mirando era su castigo. Y ni siquiera podía decir que no se lo mereciera.

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