viernes, 2 de octubre de 2015

Tentaciones Irresistibles Parte 4: Capítulo 79

Paula se despertó y se descubrió a sí misma apoyada contra uno de los postes del aparcamiento. Sabía exactamente dónde estaba y lo que había pasado.
—Luisa —gritó.
El hombre que tenía frente a ella sosteniendo una linterna delante de sus ojos sonrió.
—No ha pasado nada —le explicó—. Luisa está bien. Tú eres la única que ha sufrido algún daño. Me temo que se te va a poner el ojo morado.
—Genial —dijo Paula, buscando con la mirada a la adolescente.
Le dolía la cara, y también la cabeza, pero en aquel momento, nada de eso importaba.
Había cerca de una docena de personas a su alrededor. Algunos trabajadores del servicio de urgencias, policías y unos cuantos clientes que lo observaban todo a cierta distancia. Paula continuó buscando con la mirada hasta que vió a Carmen y a una joven a la que no conocía junto a Luisa.
—Luisa está bien —susurró aliviada.
—Claro que está bien. Es una chica fuerte. Su madre dice que se lanzó sobre tí como una leona, dispuesta a atacar a esos chicos.
—Ya se han ido, ¿verdad? —preguntó Paula, deseando que les castigaran por lo que habían intentado hacerle a Luisa.
—Les agarrarán. Tenemos una descripción exacta de los tres. Luisa se ha fijado mucho en ellos.
Carmen desvió la mirada para fijarla en el rostro de Paula. Le dijo algo a Luisa y a la otra mujer y corrió hacia ella.
—¿Cómo está? —le preguntó al hombre que sostenía la linterna—. Se ha dado un golpe en la cabeza.
—Sí, señora, ya lo sé. Tiene buen aspecto. De momento vamos a llevarla al hospital y le haremos unas cuantas pruebas. Probablemente tenga que pasar allí la noche, pero está evolucionando muy bien. ¿Quiere hablar un momento con ella?
—Sí, por supuesto.
A pesar de que llevaba unos pantalones claros, Carmen se sentó en el suelo y tomó la mano de Paula.
—Dios mío —susurró con los ojos llenos de lágrimas—. ¿Cómo podré agradecértelo?
Paula contestó sollozante.
—No me des las gracias. Todo esto es culpa mía. Esos estúpidos me reconocieron porque me habían visto en el periódico. Empezaron a meterse conmigo y después se fijaron en Luisa. Entonces la emprendieron contra ella. Si le hubieran hecho algún daño…
Carmen alargó la mano para secarle las lágrimas que ni siquiera había sentido caer.
—Si le hubieran hecho algún daño, no habrían encontrado en la tierra un lugar en el que esconderse. Pedro les habría encontrado y habría acabado con ellos.
Hablaba con tanta fiereza que Paula la creía a pies juntillas.
—Tú no tienes la culpa —continuó diciendo Carmen—. Por favor, no pienses eso.
—Pero ellos…
—Eran unos capullos —sonrió ligeramente—. Jamás dejaré que la prensa sepa que puedo hablar así, pero te aseguro que puedo ser muy dura. Hijos de…
—Ha estado tan serena —dijo Paula—. Yo estaba muerta de miedo, pero Luisa se ha enfrentado a ellos. Deberías estar muy orgullosa de ella.
—Lo estoy, y también de tí. He visto cómo la has defendido.
Paula se llevó la mano a la mejilla.
—Me temo que no he hecho muy buen trabajo.
—Eres increíble —Carmen le apretó la mano con cariño—. No sé cómo voy a poder agradecértelo.
—No me des las gracias. No sabes lo mal que me siento por todo lo que ha pasado. Estaba aterrada.
—La quieres mucho.
Paula asintió, pero deseó no haberlo hecho al sentir cómo le dolía la cabeza.
—Es mi hermana.
A Carmen se le llenaron los ojos de lágrimas.
—He sido tan mala contigo. Yo no… —tragó saliva—. No hay excusa para lo que he hecho.
Paula frunció el ceño.
—Acabo de darme un golpe en la cabeza y creo que me he desmayado. Supongo que eso explica por qué no tengo ni idea de lo que estás hablado.
—¿No has visto un coche justo antes de perder la conciencia?
—Sí —contestó Paula, sin atreverse a mover la cabeza.
—Era yo. Mar y yo teníamos planes para esta tarde. Pero le he hecho venir aquí para espiarte.
—¿Qué?
A esas alturas, Paula ya estaba segura de que tenía una lesión cerebral. Era imposible que Carmen hubiera dicho que había ido a espiarla.
—Estaba tan herida, tan amargada que hice una estupidez. Me habría gustado ser yo la que llevara a Luisa  a comprarse el vestido —se cubrió la cara con la mano libre—. Estoy tan avergonzada… En ese momento, te veía como la personificación de todos mis fracasos. Necesitaba hacerte daño.
—¿Nos seguiste? —dijo Paula sin estar muy segura de si lo había entendido correctamente—. Yo nunca le haría ningún daño a Luisa.
—Lo sé, lo sé. Lo siento mucho. He sido una estúpida, me he dejado llevar por los celos y he actuado de forma ridícula. Estaba herida. En realidad tú no tienes la culpa. Debería haberte dicho algo. Debería haberte dicho que quería ir con ustedes —Carmen bajó la mano—. Lo siento.
Paula la miró fijamente.
—Carmen, me habría encantado que vinieras con nosotras. Te admiro mucho. Ha habido veces… —tomó aire—. ¿Sabes? Muchas veces he pensado que habría preferido que tú fueras mi madre a que Miguel fuera mi padre.

3 comentarios:

  1. Qué bueno que volviste. Te pido x favor, te ruego que subas más caps mañana, no nos hagas esperar hasta el domingo. PLEASEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!

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  2. Me encanta la nove... Se puso interesante!!

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  3. volviste me encantaron los cap espero los siguienrte besos

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