lunes, 19 de octubre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 32

Los días pasaban tan rápido para tantos,  para Paula cada uno era una eternidad, pero desde la ultima charla que tuvo con Pedro estoy inmensamente felíz… También he hablado con mi madre y me parece que papá está arrepentido de lo que hizo, hay que esperar para falta, solo faltan treinta días de los dos meses que le dí.
-¿Pepe y tú se van a casar? – preguntó Jessica.
Era ya noche de noche y Pau recién había acostado en la habitación que Victoria le había prestado, era tan distinta a las que tuvo, totalmente sencilla, pero le gustaba más que la de su casa, donde no tenía alegría. Como todas las noches antes de dormir, Jessica le hacia una visita, a la cual Paula siempre quedaba muy feliz.
-Quizás un día. – le contestó. Las dos estaban abrazadas, la cama era chiquita, pero suficiente para las dos.
-¿Lo amas verdad? Se te ve en tus ojitos Candy… - la niña era más inteligente de lo que pensaban, sabía como Pau amaba a Pedro y como él la amaba también. – Y también los veo besar jaja.
-Ay que chismosa saliste jajaja. – rieron las dos. – Amo mucho a Pepe, por eso lo que más deseo es tener una familia con él.
-Mm ¿Y nos dejara verdad? – se borró la sonrisa. – No quiero que nos dejé, ni quiero que tengas hijos porque sé que si lo tienes nos abandonará, los amará más que a mí. – hacía pucheritos mientras Pau la miraba dulcemente.
-Jamás mi vida, jamás te dejaré. – le dió un besito en la frente. – Me encantaría tener muchos hijitos, pero no pienso en dejarlas, siempre te amaré igual Jessica.
La nena la abrazó fuerte, siempre que estaba con Paula sentía cosas que no podía explicar, sensaciones raras, un amor inexplicable, un cariño que jamás sintió por otra mujer, y con ella podía decirle mamá, solo con ella.
-¿Te gustaría tener una familia? – le preguntó Pau.
-Ya no quiero otra familia, no quiero otra mamá si no es tu, otra no quiero Candy. – Jessy le dijo desesperadamente. – Es que ya no puedo vivir sin ti y si te vas me muero, júrame que no me dejarás jamás ¿Júrame?
-No hay porque jurar mi amor, yo jamás te dejaré… - le dió un besito en la punta de la nariz. – Eres mi consentida y te amo mucho, como si fuera mi hija, te amo demasiado Jessica y yo también no quiero que tengas otra familia si no es conmigo, te quiero para mí.
Las dos se miraron y sonrieron, parecía hasta egoísta, pero era así, Paula no quería ni pensar en que pudiera otra familia adoptar a Jessica, ya no podría vivir sin ella, la amaba como amaba a su hijita que no estaba, y en aquel abrazó pudo ver que daría la vida por Jessy, lucharía por ella, costara lo que costara, sería su mamá.
-¿Quieres ser mi hija Jessy? – Pau le preguntó, ya sabía la respuesta, pero quería oírla, quería ver salir de sus labios que era su sueño.
-Si Candy, quiero ser tu hijita y tú mi mama. - Pau se emocionó con sus palabras, y suspiró, era divina su consentida, y ahora más que nunca estaba dispuesta a adoptarla. – A partir de hoy ¿Te puedo llamar mamá?
-Mi niña, me encantaría, para mí ya eres mi hija y siempre lo serás.
__Gracias mamá. – se sonrieron.
No todos los días Paula solía dormir en el orfanato, cuando dormía con Pepe extrañaba demasiado a Jessica y cuando dormía con Jessica extrañaba a Pepe, quería los dos a su lado, en aquel momento su felicidad eran los dos y quería formar una linda familia con ellos y si posible para completar su felicidad encontrar a su hijita y así ser feliz para siempre.
Al otro día se despertaron con una sonrisa bellísima, se sentían bien las dos y Jessica no se olvido en ningún momento de llamarla de madre, ni Victoria ni las otras niñas extrañaron esa actitud de Pau y Jessy, porque sabían que se amaban y habían nacido una para la otra.
-¿Pau? ¿Pau? – gritó Victoria desde su despacho. – Paula teléfono para tí nena.
Pau llegó corriendo en el despacho, la única llamada que recibía siempre en aquel horario era de Pepe, pero esta vez no era él y si:
-¿Mamá? ¿Todo bien? – su expresión no era la mejor, la verdad temía que algo le había pasado, porque jamás había llamado.
-Si todo bien corazón. – su voz no era de tristeza y si de felicidad, Paula sonrió al sentirla contenta. – Te tengo noticias.Esas tres palabritas repetían millones de veces en el cerebro de Pau, pensaba en muchas cosas, en que serian esas noticias ¿De su hija? Oh, si seguro, a parte, ya había pasado un mes desde que salió de su casa y sus padres seguro ya tenían noticias de su bebé.


2 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos! que será lo que le tiene que contar la mamá???!!

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  2. Espectaculares los 5 caps Naty, me tiene totalmente atrapada esta historia, es re tierna aunque Pau sufra.

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