viernes, 16 de octubre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 16

Su madre estaba completamente callada, solamente escuchando las palabras de dolor de Paula, era muy dura, pero con la voz triste y dulce de su hija jamás podría ser dura con ella, sus ojos decían todo, si estaba sufriendo y ella y su esposo eran los únicos culpables… Igual no podía hacer nada más, no podía buscarla o arrepentirse, porque a parte de una niña, de una hija, del amor, estaba un papel, hecho y firmado, nadie ni nada podía hacer nada para la felicidad de su hija.
Las dos estuvieron calladas por un rato muy grande, solamente escuchando la respiración de la otra, en parte Juliana se acordaba de cuando su hija aun era una nena, con el pelo en colitas y los ojitos brillantes, corriendo por la casa porque había conocido amigos nuevos, o porque apenas había ganado un caramelo… Jamás le importó el dinero, ni los objetos caros.
Ya Paula cerró los ojos cayendo en un sueño que quizás no la pertenecía, había sido un largo día y en aquel momento se sentía de nuevo con cinco años teniendo a su madre con ella.
La música altísima de su celular la despertó, quedó un poco confusa, estaba acostada en la cama, cubierta y a su lado había un osito de cuando era niña, sonrió al verlo de nuevo, su madre lo había puesto ahí cuando se retiro, a pesar de todo su nena no había crecido, estaba ahí como antes, ahora solo necesitaba una madre para darle cariño y mucho amor.
-¿Bueno? – contentó con la voz aun lenta por el sueño. - ¿Si? ¿Victoria?
-Sí Pau, soy yo. – le dijo con una voz desesperada.
-¿Que pasa? Por Dios, dime mujer, que me tienes muy preocupada. – Paula se levantó lo más rápido posible y miro al reloj, ya eran las once de la noche.
-No sabía a quien recorrer la verdad, recién llame el médico, es que… una de las nenas está mal, no sé que hacer más… - le dijo, llorando.
-Ya salgo para allá Victoria, mira, no te preocupes eh, seguro no es nada, hablamos en un rato.
Antes de colgar Paula ya estaba bajando las escaleras, su apariencia no era de las mejores, había llorando, y dormido, no tenía la mejor cara, pero eso no importaba ahora, ya no más. Llegó a la cocina y se deparó con millones de llaves ¡Maldiciones! ¿Cuál sería la llave de los autos? Llevo varios, una debería hacerlo funcionar.
Y si, la primera funcionó.
-Suerte. – dijo bajito.
Salió de su casa lo más rápido posible, la verdad no tardo ni siquiera diez minutos para hacer todo el trayecto, Paula no era muy fan de manejar, desde que había pasado lo de Carlos tenía miedo de manejar, pero ahora era necesario…
Victoria la esperaba afuera, abrió el portón para que pasara con el auto y la abrazó fuertemente cuando salió del mismo, sus manos temblaban, sus ojos completamente lloros, hizo que Pau también se emocionara.
-¿Que pasa Victoria? – preguntó Pau.
-El médico esta con ella ahora, tuvo una fiebre altísima, empezó a delirar y lo único que hacia era llamarte, todo el tiempo, solo decía tu nombre.
-Oh… - Pau toco su corazón. - ¿Cuál de las nenas?
-Jessica.
Paula no dijo nada, solamente entró como una desesperada para los cuartos, estaba en la habitación de Victoria, cuando llego a la puerta se detuvo, el doctor estaba con ella y no quiso interrumpirlo.
-Pobrecita, no me gustan ver los nenes enfermitos. – dijo Pau abrazando a si misma. – Más Jessica, es tan cariñosa y no sé porque pero le tengo un cariño inmenso. – Victoria le sonrió.
-Quizás porque Jessica tiene algo en especial que las otras chicas no tienen.
-Yo no lo veo como especial, es más, ni siquiera me fije en eso… - suspiró. – Ella es linda, no entiendo porque aun sigue aquí, tanto tiempo.
-Sí Pau, las otras nenas no quedan más que ocho o diez meses acá, la verdad exactamente el proceso de adaptación, muchas personas viene a esta ciudad para adoptar a las nenas, porque acá es todo más fácil y hay muchas.
-Llegan todas tan grandes.
-Sí, porque la mayoría vienen de otros orfanatos o vienen de la calle. – le sonrió. – Jessica vino de una familia, no sabemos sus nombres, ni nada sobre ellos, solo sabemos que la dejó acá, y está con nosotras hasta hoy, ya son más de dos años, nadie se interesó en adoptarla, nadie.

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