viernes, 16 de octubre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 19

Se podía ver en los ojos de Jessy que extrañaba mucho a su madre, tanto que se acordaba de ella, mal tenia tres años cuando la dejaron, vaya memoria tenia la criaturita, pero de todas formas no borró la sonrisa que tenía en aquel momento, a parte, no tenía porque estar triste, Pau o mejor Candy estaba con ella.
-¿Me podrías cantar una canción linda? – le pidió Jessica.
-Claro ¿Cuál quieres?
-La que sepas, pero que sea alegre y bonita ¿Si?
-Si mi vida, mi chiquita. – Pau se emocionó al decir esas palabras mágicas y de pronto se escuchó suavemente su voz angelical cantando una música para Jessy. - Hazme un mundo de caramelo/Llena el aire con algodón/Que los dulces caigan del cielo/Las estrellas piñatas son/De repente las alegrías/Se me antojan de corazón/Si me como a besos la vida/Chocolates los sueños son/Pa' que todo lo que esté bueno/Siempre esté a punto de turrón/Si los dulces son de colores/Los recuerdos también lo son/En el cine las palomitas/El calor para los raspados/Chocolate de la abuelita/Para el frío del corazón/Picosita la vida/Dulcecito el amor/Sonrisitas de nieve/Que me regalen/Un rayito de sol/Arrocito con leche/Pa' vivir/Para darle sabor a todo/Lo que de pronto se queda triste/Se queda sólo – Le salían lagrimas mientras le cantaba la canción a Jessica, no podía evitar, siempre había soñado en un día poder cantarle a su hijita y en parte ese sueño se estaba haciendo realidad, mismo no siendo su verdadera hija, le encantaba el hecho de poder agradarla y hacerla sonreír. - Quiero un mundo de caramelo/Donde todo sepa mejor/Y esa niña que llevo dentro/Se me escape del corazón/Pa' que juegue con sus amigos/Y se ría con todo el mundo/Que la risa de todos los niños/Es la música del amor.
-¡Que linda Candy! – la chiquita le secó con su pequeña manita las lagrimas de Chocolate y le dio un piquito suavemente en los labios. – Ya no llores, estoy aquí para hacerte sonreír, y también para amarte mucho.
Las palabras de la chiquilla la hizo emocionar aun más, pero hizo un gran esfuerzo para dejar de llorar, no quería que ella la viera tan horrible y más llorando, no era momento para eso.
-Gracias mi chiquita, yo también estoy aquí para amarte, muchísimo y si Dios te puso en mi camino fue por algo. – le guiñó un ojo. - ¿No tienes sueño?
-No ¿Te puedo hacer otra pregunta? – no, de verdad no tenía sueño, lo que quería era conversar y mucho, Pau le asintió. - ¿Por qué a los papás les gustan más las nenas blancas y rubias?
Paula trago saliva, la verdad esa era una pregunta que ella se hacia todos los días ¿Por qué aun en el siglo que todos nosotros vivimos aun existen personas con tantos preceptos? ¿Con tanto odio hacia el propio hermano? ¿Contra una personita divina? La verdad esta y muchas otras preguntas no tenían respuestas…

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