sábado, 31 de octubre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 60

El gran día había llegado, y por más que quería estar calma no podía, la ansiedad la mataba, las nenas antes de tomar el desayuno ya querían poner la ropa, pero Pedro, uff, ese ni se había despertado.
Le había preparado una gran sorpresa, bueno, como era sorpresa no podía decir nada hasta la hora, era cierto que tenía el caso aun que si iba a aceptar o no ya que envolvía dinero, pero esperaba que sí, pues había preparado con todo el corazón.
-Despierta corazón… - subió en la cama y le dio un hermoso beso en la mejilla. - ¿Sabes que día es hoy? – preguntó ella.
Pedro  ni siquiera abrió los ojos, solamente gimió con el cuerpo de Pau en el suyo, como deseaba hacerla suya ahorita mismo, pero sabía que no era adecuado y que ella no aceptaría, a parte, las nenas ya estaban despiertas.
-Mm ¿Navidad? – dijo él abriendo un ojito y sonriendo.
-No tontito. – ella le golpeo la cabeza, tan fuerte que le dolió, pero solo estaban bromeando. – Levántate corazón, ya es hora de que levantes y que vayas de casa porque me arreglaré acá y no me puedes ver antes del casamiento.
-¿Y porque no? – abrió ahora los dos ojos, Dios como Pau estaba bella, lucia linda, tenia una sonrisa maravillosa y su carita de ángel le encantaba. – Como estás linda cielito. – le abrazó fuerte y la jaló, cayéndose arriba de Pepe. – Me gusta esa posición.
Paula lo besó apasionadamente, estaba tan contenta por ya ser el día en que se uniría a Pedro, bueno, la verdad ya se sentía unida, no necesitaban de un papel que diría que estaban juntos o no, pero igual era un día muy importante. Seguían se besando y cada vez más intensamente, las manos de Pedro acariciaban la espalda de Pau hasta las pompas, la única cosa que separaba sus pechos con los de Pepe era la fina tela del camisón que aun llevaba, y él podía sentir lo duro que tenía los pezones, ya las manos de Paula estaban enredadas en el pelo oscuro de Pedro, mientras disfrutaban de los más ricos besos.
-Ya… ya… - dijo Pau respirando e intentando salir de las garras de Pepe, pero no podía. – Mi amor, déjame salir, tengo tantas cosas que hacer ahorita y tu también eh, hoy es nuestro día bebé. – decía ella con voz de bebé.
-Si y como es nuestro día merecemos una buena ducha juntos ¿No crees? – le guiñó un ojo y ella se echó a reír, no sabia cuando Pedro había quedado tan pervertido. – Y no me vengas con esa carita, porque sé que te encanta también tener compañía en el baño.
-Aw cielito, pero no tenemos tiempo para ayudarnos a bañar, hay tantas cosas que… - no la dejo hablar y le dio otro beso, pero ese no fue tan intenso con el primero. – Pepe, no podemos, afuera está mi mamá que vino a ayudarme con una amiga y las nenas están despierta, a parte, hace días que no lo hacemos para que nuestra noche de nupcias sea la mejor.
-Bueno. – él la dejo salir de sus garras, pero hizo una carita de nene triste. – Mira mi situación… - los dos miraron hacia abajo, y Paula volvió a reír, si de verdad la situación de Pepe era excitante. - ¿Ves?
-Jajaja, también me causas esas cosas, pero por favor, aguántate un poquito más ¿Si?
-Un bañito de ¿Diez minutos?
Paula  solamente le sonrió y se levantó de la cama llamándole con el dedito, la verdad ella lo deseaba mucho también, pero sabía que no era cierto tener relaciones ahora, bueno, de todas formas no seria un delito y si sería si no lo hiciera. Le hizo una señal para que entrara al baño en silencio y luego salió ella de la habitación, entrando en el living donde estaban las señoras.
-Pensé que no volverías más. – dijo su mamá con una sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario