domingo, 25 de octubre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 47

Habían comprado una cama para Soledad y mientras no terminaban de arreglar la casa y hacer más habitaciones ella dormía en la recamara de los dos, Pau entró despacio, la ventana estaba cerrada y por eso el cuarto aun seguía oscuro, igual era tempranito, entró sin prender la luz y se acostó al lado de su chiquita llenándola de besos por todas partes y haciéndole cariñitos… Soledad de verdad era su hija y eso ella sentía desde lo más profundo.
-Buenos días mi bebé. – le saludó Pau. - ¿Cómo estás?
-Buenos días mamá, yo bien con hambre. – dijo pasando la manita sobre la panza. - ¿Qué hay de desayuno? – preguntó.
-Estaba empezando a hacerlo, hay leche con chocolate, torta de piña, galletitas, pan y huevos. – dijo Pau aún dándole besos, mientras que la nena quedaba toda mimosa con el cariño que le daba Paula.
-Yo quiero galletitas con leche, después torta. – ahora fue ella la que le regaló un beso en la mejilla de Pau.
-Si, hay que comer bastante porque a la tarde vamos al parque tomar helado. – le dijo entusiasmada. - ¿Quieres ir no?
-Si, como el otro día ¿No? ¿Y vamos llevar a Jessica, verdad? – Pau le asintió. – Mmmm ¿Mamá?
-Si mi amor.
-¿Porque Jessica siempre está con nosotros? – le preguntó inocentemente. – Ella pasa todo el día con nosotros pero a la noche en el orfanato ¿Por qué no es como yo? Que solo me quedo allá cuando vas a trabajar, pero vuelvo después a dormir.
-Ay mi amor, porque Jessica es…
-Porque es negra ¿Por eso no puede dormir acá con nosotras? – Paula le negó, no le regañó porque sentía inocencia en la voz de Soledad, igual era chiquita y no entendía bien esas cosas. – Ella no puede tener una familia blanca porque es negra, debe encontrar papás negros ¿No?
-No mi amor, prontito Jessica vendrá a pasar todo el tiempo con nosotros también, será tu hermanita en pocos meses, verás, seremos una linda familia. – le contestó Pau. – Y ya te he dicho pequeñita que no importa el color mi vida, todos somos iguales y si a Jessica le gusta nuestra familia y se siente bien me quedaré muy feliz por tenerla a mi lado porque la amo mucho, así como amo a ti vida mía, como hijita. – la nena le sonrió delicadamente.
-Por eso que Jessica te llama de mamá ¿No? – Pau asintió. – Porque eres su mamá de corazón y la ama mucho y ella a tí ¿No mamá?
-Así es mi princesa, la amo a las dos y quiero que Jessica se mi hija así como eres tu, y que podamos darle mucho cariño y amor, porque tampoco tuvo padres de chiquita. – los ojos de Pau se llenaron de lagrimas y Sole pudo ver como su madre estaba emocionada a hablar en eso. – No quiero que discrimines a Jessica por su color, ni por su forma de ser, es una nena preciosa y muy linda, la amo mucho y cuando se pelean me duele el corazoncito, quiero que sean amigas, y que se amen como hermanas.
-Si mamá, no quiero que te duela más el corazoncito. – le tocó el pecho de Pau. – Tu corazón es bien grande ¿No? Porque tienes las tetas enormes.
Pau se echó a reír con el comentario de Sole ¿Cómo los niños podrían ser tan inocentes? ¿Cómo existía gente en el mundo capaz de dañarles? Paula suspiró luego de reír y abrazó a Soledad con todas tus fuerzas, no podía explicar el amor que sentía por ella ni siquiera por Jessica, daría la vida por las dos y también por Pedro.

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