lunes, 19 de octubre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 30

¿Por qué tantos recuerdos después de una noche tan linda? Había pasado súper bien con Pedro, pero cuando estaba sola, las lágrimas volvieron junto a los recuerdos, junto a las dudas, junto a su dolor…
¿Será que podrá ser feliz algún día? ¿Será que en algún momento la encontrará?
Paula despertó con la claridad del sol en su carita, movió por la cama y buscó a Pedro con sus manos, pero no estaba, abrió los ojos de par en par, y lo buscó ahora con la mirada por toda la habitación, pero tampoco estaba. Cuando estaba a punto de levantarse encontró en la mesita una hoja y arriba una rosa roja bellísima.

"Buenos días chiquita, perdón, pero no pude despertarte, dormías tan lindo… Gracias por lo de anoche, me encantó como siempre.
Vuelvo temprano a casa hoy por si quieres quedarte ahí descansando y si no te encuentro te voy a ver en el orfanato, en la heladera esta el desayuno y pues espero te guste… No te olvides que te amo chiquita.
Besotes, Pepe".

Pau olió la rosa y se acordó de la noche maravillosa que tuvo a su lado, pero algo en aquel momento apretó su corazón, un dolor inexplicable al acordase como siempre de su hijita, de su pasado, de que no la tenía y nunca la tuvo. Estaba aun totalmente desnuda, y ni siquiera le importó, no quería comer, no tenia ganas ni hambre, solamente volvió a la cama y se sentó mirando la rosa que tenia en sus manos, suspirando y al mismo tiempo haciendo todo para no llorar.
Pero era imposible…
-¿Porque ese dolor tan grande Diosito? – se preguntó a si misma. – Ya no puedo aguantar. – dejó la rosa al lado de la cama y abrazó sus piernas, recostando su barbilla en la rodilla. – He encontrado el amor, y por más que esté feliz no puedo dejar de pensar en ella, en mi chiquitita.
Poco a poco las lagrimas de Paula salían, resbalando por su mejilla roseada llegando a sus labios, eran tan amargas y saladas, quizás por su dolor, por lo que sentía ella, muchas veces había pensando en cosas que no debía, en suicidarse por ejemplo ¿Pero y si un día la encontrará? Igual, a veces pensaba que jamás la iba a conocer, pero estaba más que engañada.
-Quisiera tanto tenerte a mi lado… - sollozó. – Hacerte feliz, jugar contigo, verte la carita, amarte mucho, protegerte, sentirme amada también ¿Por qué te quitaron de mí? – esa era una pregunta que jamás tendría respuesta, por más que quisiera entender lo que había pasado, no podía, no entendía. – Si por lo menos supiera como estas, o como eres, si por lo menos pudiera tocarte una sola vez y llenarte de besos, decirte que te amo, que te doy la vida.
Le dolía más que imaginaba todo esto, y quizás la ternura de Pepe la hizo acordar más a su hijita, querer y pensar en tener otro bebé no iba a solucionar nada, porque sabía que seguiría sufriendo por no tener a su hijita. Paula miro hacia la ventana, la claridad, llorando como una niña chiquita…
-Sin verte, sin tocarte, sin sentirte, sin ni siquiera conocerte, te amo más que todo en la vida, y quisiera tanto que fueras feliz, que tuviera una familia que te ame mucho y que no este en un orfanato… Eso espero, que no seas infeliz y que jamás necesitaste a una mamá… - Pau puso su carita entre los brazos para como si quisiera hundir en aquel dolor que estaba sintiendo. – Un día te encontraré chiquita, pase lo que pase, te encontraré, moveré cielo y tierra pero serás mía de nuevo y te amaré como nunca nadie te ha amado, te haré feliz de por vida y te daré todo el cariño del mundo.
Dejó su cuerpo caerse en la cama, llorando sin cesar, todo más parecía una pesadilla ¿Cómo toda su familia había sido capaz de hacer algo así? ¿Hacerla sufrir? ¿Matarla por dentro? Ya hacia tanto tiempo, pero seguía peor que antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario