lunes, 19 de octubre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 28

Aquella noche necesitaba hablar con alguien, necesita tener a Pedro a su lado, que le diera su apoyo y todo su amor, por eso aceptó dormir otra vez en su casa.
-¿Todavía sigues bajoneada mi amor? – le preguntó Pepe.
Habían llegado a su casa y estaban acostados en el sofá, mientras que el silencio invadía el living, la verdad no quería hablar, tenia tantas cosas en su cabeza, un vacío tan grande después de las palabras de su padre, pero nada la sorprendía, después que se quito su bebé, jamás pudo creer en él, jamás.
-Estaba pensando un poco. – lo miró y le dió un piquito. – No entiendo porque papá me odia tanto Pepe. – él la abrazó fuerte. – Gracias a Dios te tengo a tí. – se besaron muy apasionadamente.
-Me tendrás por siempre. – la sonrisa de Paula le alegró. – Que linda sonrisa, me gusta verte así, sonreír, feliz, te quedas tan linda. – suspiraron los dos al mismo tiempo. – Jaja ¿Pau?
-Sí chiquito.
-¿Te acuerdas de la primera noche que dormiste acá? – ella asintió. – Mm ¿Y que de madrugada casi, casi, casi lo hicimos? – ella asintió de nuevo mordiendo el labio inferior. – Y te dije que no estaba cierto hacerlo sin preservativo, que era toda una irresponsabilidad ¿No?
-Chi bebé. – mientras él hablaba Pau jugaba con las manos de Pedro, haciendo cariñitos como si fuera un nene.
-¿Y te acuerdas de ayer que lo hicimos? – que pregunta, estaba obvio que se acordaba. - ¿Te acuerdas?
Pau dejó de hacerle cariño y se sentó volteándose para mirarlo, a ver donde quería llegar con las historias de tanto ‘te acuerdas’. Los ojos de Pepe no eran de malicia, pero estaba más que obvio que los dos querían repetirla, había sido algo mágico tanto para Pau como para Pedro.
-¿Como no me voy acordar mi amor? Fue todo tan lindo mi cielo. – ella le acarició la mejilla. - ¿Por qué lo preguntas?
-Es que antes nos detuvimos porque no tenía condón, y ayer tampoco tenía…
-Mm ¿Dónde quieres llegar con esto Pepe? – ella lo miró con ojos deseosos, él la hacia olvidar muchas cosas.
-Digo, no nos protegimos ¿Y si te pasa algo?... – trago saliva él. - ¿Y si te quedas embarazada?
Paula le regalo una sonrisa hermosa y volvió a acostarse en el sofá, suspirando, él no sabía, pero si eso pasara sería algo maravilloso en su vida, le encantaría.
-Pues si es así, seré la mujer más feliz del mundo. – dijo ella haciéndolo sonreír. – Deseo mucho un bebé, la verdad deseo a mi hija, pero…
-Mi amor, la vamos encontrar, verás.
Si, la iban a encontrar, si no fuera su padre, seria ella, haría todo para ver a su hija por lo menos unos minutitos, no la conocía, pero era como si recién hubiera desaparecido. En parte, se sintió una mujer con mucha suerte por haber encontrado un hombre como Pepe, estaba más que segura que con él seria muy feliz.
-Gracias mi amor… - se dieron un piquito y por un momento no se escuchó nada más que las respiraciones. - ¿Bebé? ¿Me amas? – preguntó ella, sabía que la amaba mucho, pero le encantaba escuchar de su boca esas palabras hermosas.
-Más de lo que imaginas. – dijo él. – Jamás sentí eso por ninguna otra mujer mi vida, eres la única, y estoy seguro que te amaré por toda la vida. – vaya declaración.
-Yo también te amo mucho y te amaré siempre, siempre. – se miraron a los ojos. - ¿Ya somos novios? – le preguntó, ya que jamás la había pedido en noviazgo, él le sonrió mostrando los dientes.
-Para mí desde el día que te conocí. – le dijo bajito en el oído. – Desde ese momento robaste mi corazón, robaste mi vida, todo… y tienes todo contigo, te convertí en mi novia y sé que ya no necesitamos palabras para amar, te amo mucho Pau, contigo me casaría ahorita y te haría millones de bebés. – ella se emocionó por las palabras de Pepe y con lo ultimo rió. – Bueno, millones son muchos… creo que diez esta perfecto ¿No?
-Jaja ¿Tantos? – él asintió. – Pero mira eh, que si tengo tantos hijos ya no seré tan linda como tú dices.
-Para mí siempre serás linda, siempre. – se besaron.
-¿Que tal empezamos ahora? – preguntó ella morando las mejillas.
-¿Empezar que? – hizo él que no entendió, solamente para escucharla.
-Ay tonto, la práctica. – él le hizo cara de quien no entendía.
-¿Que practica?-_Jajaja, la practica mi amor… - reían los dos. – Tenemos que practicar en como hacer un bebé ¿No crees? Digo, porque será muchos, y necesito más experiencia. – le guiñó un ojo.

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