martes, 27 de octubre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 54

-Yo te amo Pau, dame una chance de demostrarte, jamás te dije una mentira, te deseo, me encanta estar a tu lado, hacerte el amor, tenerte conmigo y quiero ser tu esposo, el padre de tus hijos mi chiquita. – Pau ló miro con una sonrisa, como le encanta escuchar eso, seguro no aguantaría las palabras de Pedro. – Te pido perdón, no te dije todo antes porque no estaba totalmente seguro con lo de tu hija, y también por miedo a que me dejaras.
-¿Pero no pensaste que cada día en que tardabas más en contarme seria peor? – preguntó ella. – Yo también te amo, quiero que seas el padre de mis hijos, y estaba realizada con nuestro noviazgo, ansiosa por nuestro casamiento, pero en ese momento tengo dudas, tengo ganas de salir corriendo y llorar, llorar sin cesar.
Ahora fue Pedro el que le acarició la mejilla, y dejó llevarse por el impulso de besarla, Paula no rechazó el beso de Pedro, al revés, lo incorporó aun más. Sabía que era flaca a respecto del amor, pero no tanto. Fue un beso tan rico y apasionado, tan completo, tan especial, como el primero, mientras sus lagrimas se mezclaban ¿Qué podía hacer ella? ¿Arriesgarse? Si, eso seria mejor que huir y no saber si podría o no ser feliz a su lado.
Él la acostó suavemente en el sofá, con todo cuidado del mundo, y le empezó a besar, desde su frente hasta su panza, arriba de la fina seda de su camisón, mientras ella intenta concentrar en sus besos, no en lo que había pasado, quizás podría dar una chance a él, podría arriesgarse, ya que no tenia nada más que perder. Ella dejó salir un gemido cuando le succionó la entrada de sus senos, le encanta cada beso y cada gesto de Pepe cuando le hacia el amor, cuando la estaba preparando.
-Te amo, y siempre te amaré chiquita. – dijo él.
Ella solamente le sonrió como una niña, todo parecía tan real, todas sus palabras, cada te amo, cada para siempre, cada beso… Se dejó llevar por el clima y la excitación que le empezaba a calentar, las manos de Pedro exploraban su cuerpo y hacia paradas en su intimidad, eso le encantaba, ya las de ellas solamente acariciaban la espalda de Pepe, arañándola con sus enormes uñas.
-Mm Pepe. – cerró sus ojos y susurró su nombre cuando sintió sus dedos acariciándole su botoncito, en lo más intimido. – Te amo mucho… mucho.
-Y yo a tí chiquita, no quiero que me dejes, por favor… - él le imploraba, el miedo era tanto que le temblaban las manos. – Quiero que seas mi mujer de por vida.
-Lo seré… Ah… - dejo salir un gemido. – Lo seré.
Si, ella estaba dispuesta a hacerlo, a tenerlo mismo que en un futuro no muy lejos podría ser otra vez lastimada, pero por él y por el amor que sentía seria capaz de todo, hasta de empezar desde cero como si nadie hubiera pasado.
Él la sentó en el sofá para quitarle el camisón y lo logró, era tan suave que deslizaba por su piel, volvió a acostarla, era linda su imagen, tenía los pechos más perfectos del mundo, redondos y firmes, llevo sus labios a los pezones de Pau, haciéndola temblar de placer, era tan sensible. Con ayuda de sus manos Pedro pudo sacar su short y por abajo ya tenía una gran sorpresa…
-Jaja, me encantas. – dijo ella tocándolo, los dos aun seguían con la parte de bajo de la ropa intima, y Pedro con la camisa. - ¿La sacamos?
La quitaron y aventaron lejos, sus cuerpos se pegaron uno en el otro, sin dejar espacio y hacían movimientos como si ya estuviera penetrada, pero era solamente para calentar aun más, Pedro volvió a succionarle cada pezón, volviéndola a hacer temblar, pero de pronto…
-Mamá, quiero mi… - los dos se asustaron de inmediato. - ¿Qué hacen?
Soledad entró en la sala con toda la inocencia del mundo, tenía un osito en las manos y una carita de quien recién había despertado, Pedro no dijo nada, solamente salió corriendo para el baño con la ropa en la mano, dejando a Pau casi completamente desnuda con la niña.
-Mi amor ¿Qué haces despierta? – su corazón latía más que normal, la verdad jamás pensó que su chiquita los vería. - ¿Quieres algo?
Mientras hablaba Pau buscaba con los ojos donde se había ido su camisón, pero no encontraba, sus manos ocupadas escondiendo sus pechos para que la niña no viera, igual ella se acercó a Paula y se sentó a su lado inocentemente.

2 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos! No me esperaba todas las revelaciones de Pedro y Rosa! Paula no lo tendría que haber perdonado tan fácilmente!

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  2. Wowwwwwwww, qué intensos los caps. Yo si fuera Pau no lo hubiera perdonado tan rápido a Pedro.

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