lunes, 12 de septiembre de 2016

Otra Oportunidad: Capítulo 10

Noelia sonrió a Martín cuando termino de cenar y le sirvió un café. Después, inconscientemente, echo un vistazo a la habitación. Adoraba aquella casa; adoraba la elegancia, la decoración, pero sobre todo que la había compartido con Pedro.

—¿A qué viene esa sonrisa? —pregunto él.

El cabello de Martín, de color sal y pimienta, brillo bajo la luz de la lámpara. Su cara morena y de facciones duras se giró hacía ella como si Noelia fuera la persona más importante del mundo.

—Estaba pensando cuanto me gusta esta casa.

—Bueno, a mi me parece un trasfondo perfecto para su excitante e impresionante propietaria —bromeó.

Noelia sonrió con más intensidad.

—Eres encantador con las palabras…

Martín siempre tenía el cumplido adecuado, la frase correcta para cualquier situación. Y ella era humana. Cuando se divorció, Noelia perdió la confianza; ni siquiera sabía si seguía siendo deseable, pero Martín la sacó de dudas y le estaba muy agradecida. Desgraciadamente, no era Pedro. No era el hombre del que seguía obsesionada y al que todavía echaba de menos a pesar de que le había dejado bien claro que no estaba interesado por ella.

—¿Tanto como para casarte conmigo?

Ella bajó la mirada y respiró a fondo.

—¿Te estás declarando?

—Cásate conmigo, Noelia.

Noelia sabía que si jugaba con él, corría el riesgo de que se cansara y se marchara con otra mujer. Tenía que contestar. Pero no quería comprometerse. Aun pensaba que existía la posibilidad de que Pedro cambiara de opinión y volviera a su lado.

—Necesito tiempo para pensarlo —murmuro—. Me has pillado por sorpresa…

Rogó en silencio para que Martín no la presionara. Porque tendría que dar una respuesta negativa.

—Tienes todo el tiempo que quieras, preciosa. No pienso marcharme a ninguna parte.

En ese instante sonó el timbre de la puerta y Noelia levanto la mirada.

—¿Esperas a alguien? —pregunto él.

—No.

Ella dejo su taza de café a un lado, camió hacia la puerta principal y se preguntó quien podía llamar a las diez en punto de la noche. Cuando por fin abrió, se encontró ante la última persona que habría imaginado.

—¿Pedro?

Intentó adivinar el motivo de su visita. La semana anterior habían cenado juntos, con Franco; pero no había mencionado que tuviera intención de pasarse por allí y, además, el niño ya se había acostado.

—Tengo que hablar contigo, Noe —dijo, mientras cerraba la puerta.

—¿Ahora? Tengo compañía…

—Se que Martín esta aquí. He visto su coche. Pero no tardare mucho… se trata de Mariano.

Martín apareció entonces.

—Hola, Pedro.

—Martín…

Los dos hombres se estrecharon la mano.

—Siento venir tan tarde, pero tengo que hablar con Noe sobre su primo, Mariano Winters —continuó Pedro—. Solo serán cinco minutos.

—¿El que murió hace años? ¿Al que asesinaron?

Ella asintió y miro a su ex marido.

—Seguro que podemos hablar en otro momento…

—Podemos, pero preferiría que fuera ahora —dijo Pedro, volviéndose hacía Martín—. Los Burroughs, unos amigos de los padres de Noelia, creen haber visto a Mariano en San Francisco. Estuvieron allí hace unas semanas y lo vieron en la calle. Lo estamos investigando.

—¿En serio?

Pedro supo que la había sorprendido. Noelia no lo habría creído capaz de abrir una investigación importante y de consecuencias imprevisibles justo antes de unas elecciones; siempre había subestimado su pasión por la justicia. Él asintió.

—Sí. Tengo que hacerte unas preguntas.

—Martín, te ruego que…

—No te preocupes, cariño. Descansaré un rato mientras hablan. Lleva a Pedro al estudio y contesta a sus preguntas. Estaré por aquí si me necesitan.

Martín se marchó y Noelia llevó a Pedro al estudio, su antiguo despacho.


3 comentarios:

  1. Genial!! Se va a poner muy interesante 👏👏👏

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  2. Muy buenos capítulos! Me tiene atrapada la trama! Te da ganas de Seguir leyendo!

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  3. Esta historia se pone cada vez más jugosa!!

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