domingo, 8 de marzo de 2015

Una Cita con el Amor: Capítulo 80

– Jamás se me ocurrió.
– Por cierto, tú no me has contado nada de tu familia.
– No hay mucho que contar, soy hija única, mis padres se divorciaron cuando yo tenía cinco años y viví con Rosana, mi madre, hasta los dieciséis, cuando se casó por segunda vez me fui a vivir con Jaime, mi papá, hasta que terminé la carrera y luego me fui a Nueva Jersey por el trabajo, pero ellos son muy fríos, hace mucho que no hablamos, Rosan viaja constantemente porque su esposo es beisbolista y Jaime es jefe de policía en Forks, así que siempre está ocupado y también volvió a casarse hace año y medio.
– Me apena escuchar eso, no tienen idea de la magnífica hija que tienen.
– Gracias, pero nunca fui prioridad en sus vidas, ambos son muy egoístas.
– Que mal, la familia es muy importante, quizá deberías tú de dar el paso para acercarte a ellos, estoy seguro que te aman.
– Supongo que sí, pero no sé, me cuesta trabajo acercarme a ellos, a pesar que viví con ambos son prácticamente desconocidos para mí, los veía muy poco.
– Deberías hacer el intento, me gustaría conocerlos pronto.
– Lo intentaré, pero no te prometo nada.

Finalmente llegamos a Miami, tomamos un taxi y Pedro le dio la dirección. Al llegar, y mientras bajaban las maletas de la cajuela, observé la casa y quedé maravillada, era enorme, de tres pisos y una fachada blanca de portada de revista de arquitectura. Un sirviente salió y metió las maletas, Pedro entrelazó su mano con la mía y entramos.
Caminamos por un largo pasillo y en ambos costados había varios autos último modelo de diversas marcas y colores. Llegamos a la sala que era bastante amplia y en un lado había una escalera de caracol, yo sentí que los nervios me inundaron por completo al ver a toda su familia de pie esperándonos, Pedro notó mi nerviosismo porque me temblaba la mano y me la apretó con fuerza dándome confianza mientras sentía la mirada de los seis– integrantes que pare– ¡Pedro!, llegaron justo a tiempo, el ensayo pronto comenzará – exclamó Luciana entusiasmada y corrió a abrazarlo.
– ¿Y cómo creías que me lo iba perder, duendecillo?, el padrino tiene que estar presente.
– ¡Qué emoción!, la madrina también ya llegó – se soltó de Pedro y luego me abrazó a mí – que gusto de verte Pau, que bueno que sí viniste, por cierto, tú y yo tenemos una plática pendiente – señaló y yo la miré asustada, pero ella me sonrió.
– Hermanita, por favor, déjame abrazar a la mujer que por fin ha hecho sentar cabeza al Casanova de mi hermano – dijo Federico sonriendo y Luciana se apartó, me sentí tan pequeña envuelta en esos musculosos brazos – que gusto volver a verte y más de saber que eres novia de Pedro, pensé que se nos quedaba solterón el muchacho – se separó y puso sus manos en mis hombros – ya ves lo que dicen Pau  hermano saltado, hermano quedado – añadió en tono divertido.
– Federico, compórtate, ¿qué va pensar Pau de tus afirmaciones? – intervino su mamá, que me dio una tierna sonrisa y también me abrazó – bienvenida linda – añadió amablemente. – Pues, son la pura verdad, yo ya hasta estaba pensando en rifarlo, no sabes el susto que me dio cuando Luciana anunció su boda y este hermano mío sin novia, no, no podía haber un solterón en la familia, ¿qué iban a pensar de él?
– Federico ya basta, por favor – dijo seria su mamá después de soltarme.
– No se preocupe señora, es mejor ir conociendo la personalidad de cada uno.
– Ana, por favor, dime Ana y háblame de tú, hija.
– Está bien, me costará trabajo, pero lo intentaré… Ana.
– A mí también dime Horacio, por favor, no me gusta que me hablen de usted, me hace sentirme viejo y aún no lo estoy – señaló y también me abrazó. Parecían estar analizandome.

4 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos! Pobre Pau! que incómoda! que Pedro la rescate de tanto Alfonso junto!

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  2. Geniales los 3 caps, me encanta cómo la tratan los otros Alfonso jaja

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  3. que hermosos capitulos, q linda familia los Alfonsos !!

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