lunes, 12 de enero de 2015

Una Dulce Inocencia: Capítulo 83

- Ya que lo dices, creo que sería buena idea… Pero quiero que esta noche estés en tus cinco sentidos.- su voz dejaba ver una cuota enigmática.
- ¿Alguna otra sopresa?.- cuestioné mirándolo suspicaz.
- ¿Ganas de más?.- devolvió sonriendo de lado.
- ¿Pasaremos jugando a la pregunta respondida con otra pregunta toda la noche?.- hice una mueca.
- No amor. Hay cosas más importantes.- extendió una copa hacia mí.- Por tí y porque éste sea uno más de los muchos logros que obtengas en tu vida. Siempre junto a mí.
- Siempre.- susurré mirándolo deslumbrada.
Chocamos nuestras copas y bebimos del líquido que bajaba por mi garganta burbujeando en forma exquisita. Sus ojos nunca dejaron los míos, y aunque llevábamos tanto tiempo juntos. Aun conseguía sonrojarme e inquietarme… Corté el contacto visual y dejé mi copa sobre la mesa, reparando en ese instante de un sobre que trazaba mi nombre en letras doradas. Miré a Pedro que sonrió y se encogió de hombros con una sonrisa bailando en sus labios.
- ¿Y esto?.- lo tomé y lo agité delante de Pedro.
- Me han enseñado desde pequeño a no inmiscuirme en correspondencia ajena. Así que no podría decirte qué es.- se hizo el desentendido.
- ¡Claro!.- sonreí en forma irónica.
- Ábrelo.- incitó muy interesado.
Mil pensamientos y corazonadas pasaron por mi cabeza. Y aunque quizás no era lo que me imaginaba, mis pulsaciones subieron a velocidad preocupante. Mis manos comenzaron a temblar y aunque no quería destrozar el sobre, tuve que hacerlo cuando me sentí inútil… Sonreí nerviosa al sacar la pequeña hoja que traía dentro… Lo desdoblé y no pude evitar emocionarme al ver dos letras diferentes en ellas… Pedro y  mi pequeña...

"Hola mamá…
Papá me tiene tomada mi mano para poder escribirte esto, pero quiero que sepas que todo lo que leas, sale de mi corazón. Te amo mucho mamá, eres la mejor mamá del mundo y todos los días le doy las gracias a Diosito por enviarte como mi más preciado regalo. Porque eso eres para mí, el obsequio más valioso que tengo, junto a mi papá.
Con papá estuvimos pensando qué regalarte por este día tan importante para tí. Y no se nos ocurría nada (risitas) Comenzamos a pensar todo lo que tú significabas para nosotros, y decidimos que con esa lista, escogeríamos el mejor regalo para tí.
Esto es lo que eres para mi mamita: La mejor mamá, cariñosa, linda, tierna, preocupada, mi mejor amiga, la mitad de mi corazón, la única persona que con una sonrisa quita todas mis penas, la que llora conmigo y ríe igual, la que me conciente y me regaña. Pero yo sé que lo haces por mi bien mamita… Eres una de las personas que mas amo, y quiero que siempre estés conmigo."

Sonreí, sintiendo como la sal de mis lágrimas llegaban a mis labios. Me podía imaginar a Pedro sosteniendo su mano para escribir, y nuestra hija parloteando como un lorito todo lo que quería decir… Amaba tanto a esa niña, sentía que cada día se sumaba un nuevo gramo de amor por ella, y al mismo tiempo sentía que ya no podía llegar a amarla más. Porque los límites estaban sobrepasado desde el primer día… Miré más abajo y pude distinguir la letra de Pedro…

"Hola amor…
Bueno, en estos momentos estarás frente a mí y yo estaré sonriendo como un bobo mientras te observo emocionarte por las palabras de nuestra hija… Porque es nuestra, tuya y mía. Una hija nacida desde el corazón y apresada allí con amor… El mismo que un día como hoy, me hace querer expresarte todo lo que haz llegado a hacer crecer en mí.
Esto es lo que eres y serás siempre para mi amor: Una de las dos mujeres que más amo en este mundo. Por la que suspiro, sueño, río, respiro, me levanto, me acuesto, vivo y siento. Nunca creí llegar a amar de la forma en que lo hago por ti. Pero te conocí y el mundo se transformó a mi alrededor, todo tomó otra forma, color y dimensión… Mi mundo pasó a ser una chica de cabellos chocolate, ojos marrones y sonrisa enloquecedora… Y también una pequeña de ojos cielo y rizos como el sol.
Como dijo nuestra pequeña, nos esforzamos por encontrar el mejor regalo… Pero nada está a tu altura y nada parecía demasiado… Así que en vez de obsequiarte algo, hemos optado por recibir un regalo nosotros de tu parte…
Mamá: ¿Quieres ser mi mamá por siempre, siempre?
Amor: ¿Quieres ser mi esposa?"

En el momento que leí las últimas líneas escuché la misma pregunta salir de los labios de Pedro… Sollocé y pestañee para fijar mi vista en él, y quise morir cuando lo vi apoyado en una de sus rodillas y extendiendo una pequeña cajita rosa, que estaba segura era elección de mi bebé. Con un precioso anillo en su interior.
- Pedro…- nada más salía de mis labios y quería gritar un sí con todas mis fuerzas.
- ¿Nos harías el honor de estar a nuestro lado por siempre?.- me sonrió y agregó.- Nuestra hija me hizo prometer que la proposición sería en plural.
Una nerviosa risa salió de mí. Amaba que nunca dejara de pensar en ella, que todos nuestros planes y nuestras palabras involucraban nuestro hermoso trío… Era un hombre encantador, y un padre ejemplo… Cada día más, y por lo mismo… No había nada que pensar.
- El honor sería todo mío amor.- dije de corazón.- Y sí, acepto para siempre.
- Permítame señorita.- tomó mi mano y fue deslizando la sortija poco a poco. Cuando estuvo en su lugar, llevó mi mano a sus labios y rozó el dorso.- Futura Señora Alfonso.
- Te amo.-
- Y yo te adoro.-
Sus labios se unieron a los míos como la danza que cada vez se convertía en una nueva. Miles de besos, abrazos y caricias compartidas… Renacían en una nueva montaña de sensaciones cuando repetíamos nuestra muestra de amor mutuo… Me tomó en sus brazos y como si fuera una pieza rompible, me depositó con suavidad sobre la cama y el delicioso aroma que expelían los pétalos.
Sus manos y las mías trazaban los cuerpos del otro, volviendo a reconocer aquellos lugares que eran del otro. Porque yo era suya en cuerpo y alma, y él era mío de la misma forma… ¡Era sólo mío! Sus besos subían y bajaban por mi cuerpo, quemando cada lugar en que ellos rozaban. Era fuego que me recorría, y ardor que me llevaba al olimpo… Con tiempo y sin prisa fuimos quitando nuestras prendas, y dejando hablar nuestros cuerpos por nosotros.
Los suspiros en aumento eran la música que resonaba en el ambiente. Aquellos que se incrementaban mientras sus labios descendían por mis pechos, que esperaban ansiosos ser probados por él. Su lengua recorría mi piel sensible y mis manos posesas se adueñaron de su espalda, su cuello y finalmente sus cabellos. Para apresarlo en el placer que me brindaba succionando mis montes erguidos para él.

5 comentarios:

  1. Ayyyyyyyyyyy, x favor, cuánta dulzura en los 2 caps. Adoro esta historia Naty!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Que linda propuesta!! Es hermosa esta novela, los 3 son unos tiernos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por leer, pasame tu tw si querés así te paso los caps

      Eliminar
  3. Hermosos capítulos! Hermosa propuesta! Amo la relación de los 3! No pueden ser más tienos!

    ResponderEliminar