sábado, 17 de enero de 2015

Eternamente Juntos: Capítulo 1

En el tren, de camino al centro de la ciudad, Paula hizo lo posible por ignorar el murmullo de voces, pero le resultó imposible ignorar el encabezamiento del artículo en la portada del periódico que estaba leyendo el hombre que se hallaba sentado frente a ella:
El multimillonario italiano Pedro Alfonso medio de una disputa de divorcio con su esposa infiel.
Paula  se vió presa de un ataque de culpabilidad mientras el hombre pasaba la página para leer el resto del artículo en la página tres. No necesitaba volver la cabeza para leerlo, sabía lo que estaba escrito allí.  Durante los últimos dos meses, su vida privada había aparecido en todos los periódicos y revistas del país.
El hombre bajó el periódico, la miró y achicó los ojos con expresión desdeñosa.
Paula se bajó del tren cuatro paradas antes de la suya y recorrió andando el camino a las oficinas de Alfonso Luxury Homes, con vistas al fangoso meandro del río Yarra.
Llegó sintiéndose pegajosa e incómoda debido al extraordinariamente cálido día de primeros de octubre, sus oscuros cabellos eran una masa de rizos húmedos alrededor de su rostro. Respiró profundamente antes de cruzar la entrada del edificio y acercarse a la recepcionista, de la que recibió una gélida mirada.
—No quiere verla, señora Alfonso—la informó Michelle con brusquedad—. Se me ha prohibido terminantemente que le pase una llamada suya y que le permita el paso. Así que, si no se marcha de aquí inmediatamente, me veré forzada a llamar al guarda de seguridad,
—Por favor… tengo que verle —dijo Paula con desesperación—. Es… urgente.
Los ojos azules de la recepcionista la miraron con incredulidad; pero tras unos momentos de tensión, lanzó un suspiro y agarró el auricular del teléfono interior.
—Su… su esposa está aquí, quiere verle. Dice que es urgente.
Paula tragó saliva cuando la recepcionista colgó el teléfono.
—La verá cuando acabe de hablar por teléfono —le dijo la recepcionista poniéndose en pie—. Yo tengo que marcharme, el señor Alfonso  vendrá a buscarla cuando esté disponible.
Paula era consciente de que había cometido un acto que había matado el amor de él por ella.
Pedro nunca la perdonaría.
¿Cómo iba a hacerlo, cuando ni siquiera ella podía perdonarse a sí misma?

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