sábado, 17 de enero de 2015

Eternamente Juntos: Capítulo 3

—¿Sigues tomándolo con leche y tres cucharadas de azúcar? —preguntó él delante de la cafetera.
—¿Tienes sacarina? —preguntó ella.
Pedro se volvió para mirarla con expresión inquisitiva.
—No estás a dieta, ¿verdad?
—No del todo.
—Mi secretaria tiene sacarina en la sala del personal. Iré a por ella, enseguida vuelvo.
Paula  respiró profundamente cuando él salió del despacho, y se sentó en uno de los sillones de cuero delante del escritorio. Al instante, sus ojos se posaron en una fotografía enmarcada que había encima del escritorio; despacio, le dió la vuelta.
Casi le dolió físicamente el amor que él le había profesado el día de su boda. Sus ojos brillaban y su sonrisa era tierna.
—La conservo para no olvidar lo que puede ocurrir cuando uno se casa precipitadamente —dijo él entrando en la estancia.
Paula dió la vuelta a la foto y se encontró con la oscura mirada de Pedro.
—Suponía que no la tienes aquí por motivos sentimentales —dijo ella—. ¿Vas a quemarla en un ritual o simplemente la vas a tirar a la basura cuando nos den el divorcio?
Pedro le dió el café, sus dedos rozaron los suyos.
—Me alegro de que hayas sacado la conversación —dijo él con una enigmática mirada.
Paula dejó el café en el escritorio.
—Creía que íbamos a hablar de Gonzalo y Bruno, no de nuestro divorcio.
Pedro se sentó detrás de la mesa sin dejar de mirarla ni un segundo.
—He retirado mi petición de divorcio.
—¿Qué? —Paula abrió mucho los ojos.
Pedro le dedicó una fría sonrisa.
—No te emociones, Paula. No estoy interesado en volver contigo permanentemente.
—No se me ha pasado por la cabeza.
—Sin embargo, creo que deberíamos suspender el proceso de divorcio temporalmente con el fin de que tu hermano y mi sobrino piensen que nos hemos reconciliado.

3 comentarios:

  1. Muy buen comienzo! pero que es lo que habrá hecho Paula? supongo que pronto lo sabremos!

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  2. Wowwwwwww, qué buen comienzo. Ya me atrapó.

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