domingo, 4 de enero de 2015

Una Dulce Inocencia: Capítulo 65

- ¡Me gusta!.- chilló Lourdes al ver su perro corriendo por el jardín de la que sería nuestra casa.
- Ve a jugar con el.- la animó Paula.
- Papá ¿Puedo?.- cuestionó insegura.
- Primero ven acá.- la tomé en brazos y la llené de besos.- ¿Prometes que no ensuciarás tu ropa?.- estaba seguro que sería lo primero que haría.
- Lo juro.- puso su manita a la altura de mi cara. Estaba toda manchada de tierra y no tuvo mejor idea que limpiarla en su vestido.- ¡Ups! Lo siento.- musitó cuando vio su vestido manchado.
- Ok. Misión fallida.- asumí.- Puedes ensuciarte.- terminé cediendo al fin.
- Oki doki ¡Te amo!.- estampó sus labios en mi boca y no pude más que reírme.
- Yo te adoro pequeña saltamontes.- la dejé en el suelo y corrió con su mascota.
- ¿Estás bien?.- me giré a ver a Paula y me dí cuenta que había estado perdido en mis pensamientos.
- Si.- tomé su cintura y la atraje hacia mí.- Te extrañé anoche.- susurré hundiendo mi cara en su cuello.
- Yo también.- respondió en el mismo tono.- Pero estoy segura que los niños estaban felices de tenerte allí.
- Es difícil decirlo cuando se pasaron todo el tiempo durmiendo.- aclaré divertido. Me había tocado un largo turno.
- ¿No haz sabido nada?.- consultó suavemente.
- No. Y me estoy impacientando.- confesé mirando a mi hija rodar por el piso.
- Estoy segura que tendrás noticias pronto.- me animó y posó sus labios suavemente en los míos.
Habían pasado dos semanas desde que estábamos juntos. Y sentía como si siempre habíamos pertenecido el uno al otro… También habían pasado unos días desde el juicio, y estaba atormentado totalmente sin tener certeza de lo que se estaba resolviendo a mis espaldas. Esperaba al menos que la resolución de la Asistente estuviera determinada pronto. Y así poder instalarme ya con mi hija en nuestra casa… Desde ahí, tenía varias ideas para llevar a cabo. Todas en relación a mi hija, Paula y yo…
- Quiero otro beso.- pedí como niño pequeño.
- Pedro, no podemos. Lulu puede vernos.- se sonrojo mirando en dirección a mi hija.
- Mi pequeña está en otro planeta junto a su mascota.- argüí.- De hecho creo que tienes más interés en ese peludo animal que en mí.- gimotee.
- ¿Estás celoso de un perro Pedro?.- preguntó ella para partirse de la risa luego.
- ¡Ey! No es gracioso.- me quejé.- Pero desde que llegó ese animal, ella no hace más que hablar de él.
- Eres un niño en cuerpo de hombre.- golpeó mi pecho juguetona.
- ¿Puedo ser yo tu mascota favorita?.- hice un puchero.
- No andas en cuatro patas, no tienes pelo en todo el cuerpo, tampoco babeas todo el tiempo… Pero si no hay más, tendré que adoptarte como mi mascota.- se carcajeó.
Tomé su cara y planté un beso ansioso en sus labios. Tal parecía que podría habérmela comido allí mismo, de no ser por unas patitas pegándose a mi pantalón y un hocico tironeando de la tela… Y ¡****! Me separé abruptamente de ella para fijar mi vista en el piso y al perro jugando con los cordones de mis tenis… Levanté la vista y más allá estaba mi hija con su vista fija en la escena que plantábamos Paula y yo…
- Lourdes.- llamé y Paula se dió vuelta enseguida hacia mi hija.
- Lulu.- habló. Pero ella seguía mirando con sus curiosos ojos azules.
No tuve que esperar mucho para que en menos de dos semanas una mujer se estrellara nuevamente en mi cuerpo dándome un sonoro beso en los labios, pero esta vez era mi pequeña princesa… Mi pequeño pedacito de corazón que aferraba sus bracitos a mi cuello.

4 comentarios:

  1. Qué hermosos caps Naty!!!!!!!!! Cada día me gusta más esta novela!!!!!!!!

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  2. Hermosos capítulos!!! Lulu se enteró!!! solo espero que no se lo cuente a nadie, y menos a su mamá!

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  3. me encanta la nove,buenísima!!!

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  4. Que lindo capitulo Naty.. Me encanto !!

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