viernes, 30 de enero de 2015

Eternamente Juntos: Capítulo 39

—No, no eres tú quien tiene que disculparse —dijo Pedro antes de volverse a su sobrino—. Bruno, pide disculpas a tu tía por haberla insultado.
—Ella no es mi tía —respondió Bruno con desdén.
—Está casada conmigo y, por tanto, es tu tía —dijo Pedro.
—Ya. Dime, ¿cuánto va a durar vuestro matrimonio? —Bruno sonrió burlonamente—. Apenas llevaban  un año de casados cuando esa…
Pedro le interrumpió con una andanada de palabras en italiano que dejó a Bruno con la boca cerrada. Sin embargo, la mirada que el chico lanzó a Paula estaba cargada de desprecio.
El restaurante estaba cerca, por lo que la tensión del coche se alivió ligeramente con el cambio de escenario.
Gonzalo se acercó a Paula mientras se dirigían a su mesa.
—¿Estás bien?
Ella le sonrió.
—Sí, estoy bien, Gonzalo. Lo que pasa es que todo ha sido emocionalmente agotador. Ya sabes, me refiero a lo de volver juntos. Creía que sería imposible.
—Sí, yo también —dijo Gonzalo—. Pero, gracias a Dios, ya ha pasado. Estaba muy preocupado por ti. Todos lo estábamos.
Todos menos Pedro, pensó Paula.
—Cariño, siéntate a mi lado —dijo Pedro tomándole la mano y conduciéndola a la silla contigua a la suya.
Paula se sentó y ocultó el rostro detrás de la carta para protegerse de la mirada del sobrino de Pedro, sentado frente a ella.
La cena fue un suplicio. Los chicos no dejaban de discutir.
—Estás comiendo muy poco, cariño —le dijo Pedro—. ¿O es que te apetece algo que no es la comida?
Pedro la miró con expresión insinuante.
Bruno alzó los ojos al cielo.
—Me están revolviendo el  estómago  —dijo el chico.
Pedro miró a su sobrino fijamente.
—Bruno, tienes dieciocho años, los suficientes para comprender cómo son las relaciones entre un hombre y una mujer. Paula y yo hemos estado separados durante dos meses, es de esperar que queramos estar juntos el mayor tiempo posible.
—En ese caso, no pierdan el tiempo con nosotros —dijo Gonzalo en tono cordial—. A pesar de lo que otros puedan pensar, a mí me parece genial que se hayan reconciliado. Paula estaba muy triste, ¿verdad, Paula?
—Sí… es verdad —respondió ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario