lunes, 5 de enero de 2015

Una Dulce Inocencia: Capítulo 66

Cuando ví a Lulu saltar a los brazos de Pedro, en un contexto que me pareció hermoso y posesivo a la vez, me alarmé. Ella se aferraba a él de una forma que me estrujaba el corazón al pensar que ella quizás sentía temor hacia mí. Un temor que comprendía, pues seguramente su mente de niña, creía que alejaría a Pedro de ella… La entendía, pero me dolía y sin darme cuenta, mis ojos comenzaron a escocer. Pedro me observó alarmado y su sonrisa comenzó a desaparecer…
Al parecer nuestras mentes se habían conectado y comenzaban a sospechar lo mismo.
- Lourdes ¿Qué pasa?.- cuestionó él con su mirada inalterable en mí.
- Nada.- le respondió y se separó de él. Su amplia sonrisa me descolocó.
- ¿Nada?.- insistió Pedro. Éramos dos los aturdidos.
- Lulu.- la llamé tímidamente. Su sonrisa no se borró al girarse hacia mí.
- ¿Se van a casad?.- soltó de pronto. Y pude sentir cuando mi respiración se cortó.
- ¿Q-qué…?.- balbuceó Pedro y la acomodó mejor en sus brazos.
- Que en los dibujos animados cuando se dan besos así, ellos se casan.- contó tranquila.
- Princesa…- comencé, pero me corté enseguida sin saber qué decir.
- Vamos a sentarnos.- ofreció Pedro y estiró su mano desocupada hacia mi. La observé como si fuera a morder. No sabía si era lo mejor.
- Toma la mano de papi Paula.- alentó Lulu con una risita cantarina.
Nos sentamos los tres en la sala de la que pronto sería su casa. Mi princesa se acurrucó entre ambos y no frené mi mano cuando fue a acariciar su suave cabello… Ella se sentía tan mía, que no podía imaginar estar lejos de ella…
- No estés tiste Paula.- comentó de pronto. Y llevó su manito a mi cara.- Yo te quiedo mucho.
- Y yo te adoro.- contesté. Sentí una mano posarse sobre la mía que acariciaba la cabecita de mi princesa.
- Los dos te amamos Lourdes.- dijo Pedro. Mi pecho dolió de la dicha al oírlo hablar como si fuéramos una familia.
- Y yo a ustedes. Y quiedo tened a una mamá y un papá.- con Pedro  nos miramos atentos.
- Lulu. Yo estoy con Paula ahora. Ella es mi novia.- explicó Pedro.- Nos queremos y te queremos sobre todas las cosas a tí ¿Está bien?.
- Sí.- respondió y quedó pensativa.- ¿Y se van a casad?.- volvió a insisti.r
- ¿Por qué preguntas eso amor?.- cuestioné.- Aparte de lo que dijiste de los dibujitos animados.- añadí.
- Paula. Cuando fuimos donde David y mamá Sam. Dijimos que íbamos a buscad un papá.- movió sus pequeñas manitos como una persona mayor.- ¡Y lo tenemos!.- chilló emocionada.- Y con mi papá necesitamos una mamá, y yo quiedo que tú seas.
- Cuando saltaste sobre mí hace un rato ¿No fue por que no quisieras que papá le diera un beso a Paula?.- leyó mis pensamientos Pedro al hacerle la pregunta.
- ¡No!.- se apresuró a responder.- Paula ¿Pod eso estas tiste?.
- No bebé, estoy feliz.- besé su cabecita y miré a Pedro con la misma sonrisa que el me devolvía.
- Entonces se van a casad.- volvió con su arremetida.
- Lourdes. Las personas para casarse necesitan tiempo. Nosotros con Paula estamos… juntos, hace poco.- explicó Pedro a su hija.
- Mmmm.- hizo un gracioso mohín con su boquita.- Cuando los gandes se dan besos así se casan y tienen bebés.- quise reírme de la cara de Pedro.
- ¿C-cómo sabes…? Olvídalo.- dijo de pronto. Estaba blanco como un papel.- Nota mental para mí: bloquear canales de adultos al cable… Y mantenerte alejada de Chad.
- ¿Puedo id a jugad?.- se puso de pié y esperaba ansiosa con sus ojitos brillantes.
- Por supuesto, pero trata de…- antes que terminara la oración mi querido novio. Su hija estaba de vuelta en el patio, específicamente en el piso con su perrito.
- Creo que no es mala idea que tu madre y tu hermana le traigan tanta ropa de regalo.- comenté divertida.
...
Estaba un tanto nerviosa. Pedro había sido citado por la Asistente Social y sabría cual era la resolución final en torno a Victoria. Además, Vanessa se había propuesto intentar apresurar los tiempos, para que por fin pudiese llevarse su hija a casa… Esperaba que todo fuera bien, y que esa mujer quedara fuera de la vida de mi pequeña. Pedro había hablado con ella un par de veces acerca de su madre, pero mi princesa no mostraba mayor preocupación.
- ¡Hola!.- canturreó Lucy al entrar.
- Lucy. Mida Tiger vino a jugad conmigo.- señaló mi pequeña.
- Así es, pero tengo que llevármelo Lulita.- los dos hicieron grandes pucheros.- Volverá en cuanto tome sus medicinas.- los tranquilizó. Se giró hacia mí.- ¿Qué sabes de Pedro, Paula?
- Nada.- suspiré nuevamente.- Espero que vuelvan pronto. No he tenido ninguna llamada de ellos.
- De seguro son buenas noticias Paula.- apretó mi brazo como apoyo.- Las malas noticias vuelan.
- Eso espero.- miramos como los chicos se despedían.- ¿Lo traerás luego?.- indiqué a Tiger.
- Si. En una hora más, sólo debe tomarse algunas medicinas y tengo que hacerle los exámenes correspondientes.- asentí.- Nos vemos Lulita, traeré a tu novio antes que lo extrañes.- una carcajada siguió a sus palabras, para ver a dos chicos con un sonrojo conocido.
- Paula.- me habló aun como un tomatito. Reprimí las ganas de reírme.
- Dime corazón.- me acuclillé.
- Yo no tengo novio.- dijo quedito.
- Está bien amor. Eres muy pequeñita aun.- asintió solemnemente.
Pasamos el resto del tiempo antes que volviera su amigo, viendo películas. Estaba a cada momento que pasaba más intranquila al no tener noticias. De pronto la puerta se abrió y Pedro entró prácticamente corriendo hasta donde se encontraba mi pequeña. La tomó en sus brazos y la apretó contra sí como si temiera que fuera a desaparecer.
Miré a Diana, Tim, Michael y Vanessa entrar tras él y sus rostros con diversas expresiones, ninguna mejor que la otra, confirmaron mis temores. Las cosas habían ido mal… Pedro seguía aferrado a mi niña, sus ojos estaban fuertemente cerrados y respiraba con dificultad. Se me oprimió el pecho al verlo así.
- ¿Papi?.- Lulu le devolvía el abrazo con la misma intensidad.- ¿Qué te pasa?.

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