lunes, 5 de enero de 2015

Una Dulce Inocencia: Capítulo 67

Nada princesa… Es sólo que te amo demasiado.- sentir su voz estrangulada, no me ayudó en nada.
- Yo también.- le respondió ella, dando besos por toda su cara.
- Paula.- Michael me indicó que me acercara a él.- Trata de sacar a Pedro un momento. Está nervioso y puede asustar a la niña.
- Pero… ¿Qué ocurrió?.- consulté mirando a Vanessa y Michael.
- Es mejor que te lo cuente Pedro.- sugirió Vanessa.
- Las cosas han ido mitad bien y mitad mal.- terminó por decir Michael nuevamente.
- Pedro. Mi nieta y Tiger irán con nosotros a la cafetería.- intercedió Diana y él aflojó poco a poco su abrazo.
- Yo…- comenzó a negar.
- Tu irás con Paula a comprar lo que falta.- terció Tim y tomó a Lulu en sus brazos.- ¿Vamos señorita y caballero?.
Ambos chicos salieron felices con Diana y Tim. Michael y Vanessa también se retiraron, no sin antes, darme un gesto para que sacara a Pedro de su estado. Me acerqué vacilante a él, no sabía que tan mal habían ido las cosas y menos si el quería compañía en estos momentos..
- Pedro.- susurré y dejó de ver hacia la puerta para fijarse en mí.
- Hola amor.- me dió un fugaz beso y trató de sonreírme.
- ¿Por qué no damos una vuelta?.- le propuse esperando que aceptara.
- Necesito tomar aire.- asintió y salimos del Hospital.
Caminamos en silencio largo rato, hasta llegar a un parque que había divisado al pasar solamente. Nos sentamos en un banco sin separar nuestras manos y me quedé a esperar que el hablara cuando se sintiera listo, sin presiones…
- Puedo llevarme a Lourdes del Hospital.- habló de pronto. Lo observé sonriente.
- ¡Eso es excelente!.- salté animada, pero su sonrisa no lograba quitar esa marca de preocupación.- ¿Y qué va mal?.- dió un largo suspiro.
- Tendrá que visitar a Victoria.- expresó con rabia.- Al menos una vez, para evaluar la situación entre ellas.
- ¿Qué temes?.- acaricié su mejilla para reconfortarlo.
- Esa mujer es una zorra Paula. Ella sabe manejar los hilos a su antojo y yo no estaré allí ¡****!.- gritó asuntándome y poniéndose de pié.
- Pedro.  Lourdes es una niña inteligente, ella se mostrará tal cual ante esa mujer… Y la persona que tenga que evaluar verá que no hay ningún lazo afectivo entre ellas. Que esa mujer sólo tiene el título por gracia divina.- hablaba apresurada al ver su rostro desfigurado.
- ¿Y si no es así? ¿Qué va a pasar, Paula? ¡Ah! ¿Deberé llevarla y traerla todos los meses o semanas hasta esa mujer? ¿Cómo si ella mereciera a mi hija?.
- Lo siento…
- ¡No!.- me cortó. Me quedé muda ante su reacción. Jamás lo había visto así.- Lo lamento amor.- susurró cabizbajo luego de unos minutos
- Está bien.- me acerqué a él y besé sus labios suave y breve.
- Amor, no te molestes ¿Si?.- pidió. Asentí aunque no quería hacerlo.- Necesito estar solo. Estoy demasiado exaltado y no quiero terminar descargando mi rabia contigo u otra persona.
- Ok.- murmuré. Aunque me dolía que me alejara en este momento.
- Te quiero, Paula.- tomó mi cara entre sus manos y me besó.- Te quiero y te necesito, pero ahora prefiero pasar mi rabia solo.
- Yo también te quiero. Iré a arreglar las cosas.- me besó por última vez y se alejó.
Lo observé unos minutos, caminaba sin tener conciencia por donde iba… No quería dejarlo sólo, pero entendía su petición, aunque me sintiera aislada de él. Tomé mi camino de retorno cuando se perdió de mi vista y con el claro pensamiento de hacer esto por última vez. Estábamos juntos, en lo bueno y en lo malo. Y nunca más aceptaría algo tan difícil como dejarlo sólo cuando me necesitara aunque ni el lo tuviera claro.
Al entrar en la habitación, recogí mi pelo en una coleta y me dispuse a ordenar todas las pertenencias de Lulu y mías.
- ¿Paula?.- me voltee hacia Diana que venía entrando sola.- ¿Y Pedro?
- Ehm, quiso estar un tiempo a solas.- brindé mi más falsa sonrisa.
- ¿Discutieron?.- me pregunté si ella sabría algo de lo nuestro.- Estoy al tanto de su noviazgo, si es que temes a decirme algo sobre eso.- me sonrió.
- ¡Oh! Ok.- era extraño esto.- Pero no, no discutimos.- aclaré.
- ¿Y por qué tienes esa carita entonces?.- tomó delicadamente mi barbilla.
- No es nada Diana…- le resté importancia, pero ella esperó paciente.- Está bien. Es sólo que… siento que me aparta de sus problemas… Sé que llevamos poco tiempo juntos, pero…
- Te entiendo perfectamente Paula.- tomó mi mano y nos llevó a tomar asiento.- Pedro es así. Mis hijos son muy distintos el uno del otro. Liz es explosiva sin importar con quien se desquite. Pedro en cambio, es alguien más pacífico. Por eso cuando algo lo supera, no sabe como sobrellevarlo con alguien más.
- ¿Y entonces?.- gimotee.- ¿Será siempre así? ¿Cada vez que tenga un problema… Deberé dejarlo sólo?.
- El aprenderá. Mi hijo tiene que entender el verdadero sentido de una pareja.- aconsejó.- Todas pasan por momentos buenos y malos, la clave está en saber hacer un frente unido y no un ataque individual.
- Es lo que pienso…- susurré.
- Ustedes han comenzado desde atrás hacia delante en su relación.- expresó.- Han tenido que afrontar un problema tras otro. Y siento igualmente que no han tenido esos momentos de pareja que son indispensables.
- Es difícil Diana. Ninguno de los dos quiere apartarse demasiado de Lourdes.- sonreí al pensar en ella.
- Lo entiendo y es valioso por su parte y sobre todo la tuya que tengan a mi nieta tan presente. Pero no pueden descuidar su intimidad como pareja ¡Y no me refiero al sexo!.- aclaró para dejarme totalmente sonrojada.
- Intentaré que eso se dé.- admití.
- De hecho se dará. Con Tim nos encargaremos de ella esta noche. Y tú con Pedro saldrán donde quieran solos.- quise replicar.- ¡No! No hay negativas posibles de persuadirme ¡Y bienvenida a la familia!.- me abrazó maternalmente. Lo cual agradecí del alma.

2 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos! Ojalá que Pau pueda levantarle el ánimo a Pepe, aunque es lógico que esté frustrado y desconfié de lo q pueda hacer Victoria!

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  2. Qué buenos caps Naty!!!!!! Ojalá Pedro pueda recuperar la paz que tanto necesita pero q la encuentre al lado de Pau y no alejándola.

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