martes, 27 de enero de 2015

Eternamente Juntos: Capítulo 29

Justo en el momento en que creyó no poder soportarlo más, vió un rostro conocido. Melissa estaba casada con León Garrison, uno de los arquitectos que trabajaban en la empresa de Pedro. Melissa era decoradora de interiores y, en el pasado, había charlado con ella de vez en cuando.
—¿Qué tal, Paula? —dijo Melissa—. Me alegro de que tú y Pedro estén juntos otra vez.
—Gracias —respondió Paula.
—Oí lo que pasó —dijo Melissa, empujándola hacia un rincón tranquilo—. Me refiero al incidente con Jazmín Gonzalez.
Paula  se mordió los labios.
—Ah…
—Es una devoradora de hombres —dijo Melissa—. También intentó ligarse a mi marido. Le dejó un mensaje en el contestador; pero, afortunadamente, yo me di cuenta del juego que se traía entre manos.
—Debería haberme dado cuenta de que…
—No seas tan dura contigo misma —la interrumpió Melissa—. Pedro te ha perdonado y eso es lo único que importa. Sentí mucho que hicieran esos horribles comentarios sobre tí en la prensa. Aprovechan cualquier ocasión, ¿verdad? Es muy injusto. Los hombres pueden hacer lo que quieran, pero las mujeres…
—Daría cualquier cosa por cambiar lo que ocurrió —dijo Paula—. Lo peor es que no recuerdo lo que hice.
Melissa abrió los ojos desmesuradamente.
—¿Qué quieres decir?
—Tuve una horrible discusión con Pedro —confesó Paula—. No le creí cuando me explicó lo que esa mujer, Jazmín Gonzalez, estaba intentando hacer. Y le pedí el divorcio. Me sentía abandonada porque Pedro  pasaba mucho tiempo fuera, trabajando o en viajes de negocios. En fin, después de la discusión, acabé dando vueltas con el coche por ahí hasta que me paré delante de la casa de un amigo. Mi amigo me dió un vaso de vino para calmarme y, a partir de ahí, no recuerdo nada más. Quizá bebiera algo más de una copa, no sé.
—Sí, es posible —dijo Melissa—. Una amiga mía se emborrachó tanto una noche que, hasta hoy día, es incapaz de recordar lo que hizo durante cuatro horas. Se despertó en su casa, en la cama, pero no sabe todavía cómo logró llegar. Horrible.
—Dímelo a mí —comentó Paula con una irónica sonrisa—. Jamás habría creído que me acostaría con Facundo. Siempre ha sido como un hermano para mí, nos conocemos desde niños.
—¿Y no tienes ninguna duda de que te acostaste con él? —preguntó Melissa.
Paula se quedó pensativa un momento, preguntándose si Facundo le habría mentido. Pero… ¿por qué iba a mentirle? ¿Para qué? Eran amigos de la infancia, sus madres eran amigas y sus padres pertenecían al mismo partido político conservador. Facundo jamás habría mentido respecto a algo de consecuencias tan graves para ella.
—No, no tengo ninguna duda —contestó Paula con un suspiro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario