viernes, 5 de marzo de 2021

Enemigos: Capítulo 60

 –Y lo ha hecho. Mi padre está equivocado con él. Pedro no me tiene que demostrar nada a mí.


A Paula le dolía la cabeza y tenía el estómago revuelto.


–Debería haber estado a su lado. Ahora cree que yo estoy contra él. Lo único que quise hacer fue separarlos.


–Entonces, ¿Por qué no se lo dices?


–¿Ahora?


–Cuanto más tiempo pase, peor. Te garantizo que Pedro no va a darte de lado. Ve con él.


A Paula se le levantó el ánimo. Se puso de pie, pero de repente le dió un mareo que hizo que se desplomara en la cama con un quejido. Vanina en seguida intentó ayudarla.


–Túmbate, túmbate –le puso la almohada debajo de la cabeza–. Échate para atrás –fue deprisa a buscar un trapo húmedo y se lo puso a Paula en la frente. Después de un rato, Vanina dijo–: El mareo se te pasará pronto.


–Me siento a morir –balbuceó Paula. 


Sintió ganas de devolver, pero al final se le pasaron. Abrió los ojos y vió a Vanina sonriendo.


–Si no me equivoco, creo que esto te va a pasar durante una temporada. Me imagino que Pedro no sabe que estás embarazada.





–¿Que te has casado? –Federico le lanzó una incrédula mirada a Pedro desde el extremo de la caseta oficina donde se encontraba–. ¡En Las Vegas!


Pedro dejó de deambular.


–¿Qué pasa, no me has escuchado la primera vez? ¡Sí! Paula y yo nos hemos casado –era un desahogo poder decirlo. Eso no significaba que fuera a cambiar nada. Paula estaba con sus padres y él estaba prácticamente viviendo en la obra.


–Entonces, ¿Qué demonios estás haciendo aquí cuando tu mujer está no se sabe dónde?


Eran más de las cuatro de la mañana, y Pedro llevaba días como un animal enjaulado. Sobrevivía durmiendo pocas horas o ninguna. En lo único que se permitía pensar era en echarle mano a la persona que se había propuesto arruinarlo. 


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