miércoles, 22 de febrero de 2017

Cambiaste Mi Vida: Capítulo 39

—¿Ah, sí? —sonrió Paula—. ¿Y se puede saber por qué dices eso aparte de porque te has metido en un buen lío, señorita?

—Lo digo porque Pedro está mucho mejor —contestó la pequeña.

—¿Y tú cómo lo sabes?

—Porque puede andar.

—Eres una chica muy observadora, pero con el señor Alfonso nunca se sabe, porque podría ser que se hubiera saltado los consejos del médico a la torera y por eso estuviera andando.

—Ah.

—En cualquier caso, ¿No me habías dicho que ibas a recoger tu habitación?

—¿Ahora? —Me parece un momento como otro cualquiera, así que venga, manos a la obra.

—No lo has dicho bien —contestó Sofía.

Pedro no pudo evitar sonreír.

—Pedro dice que vayas a recoger tu habitación — le dijo.

—Así sí —sonrió la pequeña saliendo del salón—.No te vayas hasta que haya vuelto —le dijo.

—Haré lo que pueda —contestó Pedro—. Es una niña muy especial —le dijo a su madre una vez a solas.

—Sí —contestó Paula.

—¿No es un poco pequeña para llevar gafas?

—¿Por? —exclamó Paula.

—No sé, se me hace un poco pequeña para tener que llevarlas.

—Hay un montón de niños que llevan gafas — contestó ella a la defensiva.

Por lo que le había dicho Sofía y cómo estaba reaccionando su madre, Pedro tuvo la certeza de que sus sospechas eran ciertas.

 —¿Tiene todo esto algo que ver con que su padre se fuera?

—Pedro...

—Contesta. ¿Se fue porque Sofía tenía problemas en los ojos?

—Sí, Sofi nació con una lesión ocular y tenía muchas posibilidades de quedarse ciega —le explicó.

—Me ha dicho que el médico le arregló los ojos.

Paula  asintió.

—La operaron.

—¿Por qué no me lo habías dicho?

—¿Y por qué te lo iba a tener que decir? Nuestra relación era meramente profesional —mintió Paula desviando la mirada.

—Mira, ya estoy un poco harto de que siempre que intento acercarme a tí, me salgas con lo de la profesionalidad. Lo haces porque huyes de la verdad.

—Me importa un bledo si estás harto o no —contestó Paula sin negar que estaba huyendo de la verdad.

 ¿Para qué negarlo cuando era cierto? No quería enfrentarse a la verdad porque la verdad era que se estaba empezando a enamorar seriamente de Pedro. Y no quería.

—Me parece que dejamos atrás el plano profesional hace una semana.

—Eso nunca debería haber sucedido.

—Pero sucedió —insistió Pedro—. Y te fuiste. Creía que éramos amigos.

—Era tu enfermera.

—Te fuiste —insistió él.

—Deberías estar contento porque tu seguro médico se está ahorrando unas cuantas jornadas de mi sueldo. Además, veo que estás muy bien.

—Estoy mejor, sí.

—Entonces, estarás de acuerdo conmigo en que no necesitas una enfermera para nada. ¿Se puede saber qué haces aquí? Había ido a buscarla porque, a lo mejor, no necesitaba una enfermera, pero sí necesitaba una amiga.

—Me había acostumbrado a que me dieras órdenes.

—Me has echado de menos.

—Tanto como a un dolor de muelas.

Paula se rió.

—Desde luego, eres de lo que no hay.

Pedro estaba seguro de que ella había salido corriendo de su casa porque estaba tan asustada como él de volver a sentir algo por alguien, pero eso no quería decir que no quisiera devolverle el favor que le había hecho devolviéndole las ganas de vivir. Quería estar a su lado y ayudarla en todo lo que pudiera, demostrarle que no todos los hombres eran unos canallas que se iban cuando más se los necesitaba. Aquello podía ser peligroso, pero ya no había marcha atrás. Paula le había dado ganas de vivir y allá iba.

—¿Por qué has venido a buscarme?

—Porque necesito una amiga.

Paula lo miró sorprendida.

—No sé...

—Me dijiste que querías que volviera a vivir y lo estoy intentando. Por favor, ayúdame.

Paula se quedó mirándolo y a Pedro le pareció que veía miedo en sus ojos.

—Está bien, somos amigos, pero...

—¿Las normas? —sonrió Pedro.

—Efectivamente, las normas. Bueno, sólo una —sonrió Paula.

—Dispara.

—Los amigos no se acuestan.

—¿Qué es acostarse, mamá?

Pedro sonrió divertido. ¿Cómo no le iba a caer bien una niña que elegía ese preciso instante para interrumpir una conversación de dos adultos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario