domingo, 19 de febrero de 2017

Cambiaste Mi Vida: Capítulo 31

—Por supuesto que no. Me gustaría saber, por ejemplo, por qué has ingresado en urgencias tres veces en dos años. Te confieso que lo que me contaste la noche que te ingresaron me hizo pensar que casi te arrepentías de haber sobrevivido al accidente. Me da la impresión de que ha ocurrido algo en tu vida que te hace no querer seguir viviendo.

—¿Y tú qué sabes? —exclamó Simón poniéndose en pie a toda velocidad.

 —Yo sólo sé lo que veo —contestó Paula poniéndose en pie también.

—Pues lo que ves, lo que tienes ante tí, es un hombre que perdió a su ex mujer y a su hijo en un accidente de tráfico —explotó Pedro poniendo las manos sobre la mesa.

—¿Cómo has dicho?

Pedro se dirigió al salón sin ayuda de la muleta y se dejó caer en el sofá. Como si se estuviera ahogando, se llevó una mano al cuello. Paula lo siguió, se sentó a su lado y le puso la mano en el brazo.

—Cuéntamelo.

Pedro la miró a los ojos.

—Murieron los dos, Paula.

—¿Conducías tú? —preguntó ella,  rezando para que no fuera así.

Pedro negó con la cabeza.

 —Marcos debería de haber estado aquel fin de semana conmigo. Diana y yo teníamos la custodia compartida y ya sabes cómo funcionan esas cosas. Yo intentaba pasar todo el tiempo que podía con mi hijo, pero...

—¿Pero? —lo urgió Paula. No quería que dejara de hablar ahora que había comenzado.

—Pero aquel fin de semana tenía un viaje de negocios —contestó —. Marcos estaba enfadado porque le había dicho que lo iba a llevar a un partido de hockey aquel fin de semana. Le dije que habría otros partidos... —añadió con la voz rota—. Jamás volví a verlo con vida —concluyó llorando.

Paula le apretó el brazo.

— Y tú no has parado de preguntarte desde entonces qué habría ocurrido si no hubieras ido a aquel viaje, ¿Verdad? No lo hagas.

 —¿Cómo no lo voy a hacer cuando es obvio que, si me hubiera llevado a mi hijo aquel fin de semana, Marcos seguiría con vida?  Si no hubiera dejado que los negocios fueran lo primero, si no hubiera pasado aquel fin de semana con Diana, si lo hubiera llevado al partido tal y como le había prometido, estaría aquí.

Si Marcos no hubiera muerto, Sofía no vería, no habría podido aprender a escribir su nombre en la guardería ni a elegir su vestido morado favorito. Oh, Dios, aquello era demasiado.

 —Escúchame, Pedro, por favor —dijo Paula tomándole la mano entre las suyas—. Tienes que dejar de hacerte esto, te vas a volver loco. Nadie sabe por qué ocurren estas cosas. El destino, el karma, la casualidad... ¿acaso sabías tú que tu ex mujer iba a tener un accidente mortal?

—No.

 —Si lo hubieras sabido, habrías aplazado aquel viaje, ¿Verdad?

—Sin dudarlo.

—La vida sería muy sencilla si pudiéramos predecir el futuro, pero no es así. Yo jamás habría comenzado a salir con el padre de mi hija si hubiera sabido que me iba a abandonar.

—Pero tú, al menos, sacaste algo positivo de todo aquello. Tienes a tu hija, pero yo no tengo a mi hijo. Marcos está muerto y eso no tiene nada de positivo.

Paula se moría por decirle que, desgraciadamente, si había algo de positivo en la muerte de su hijo, pero no creía que Pedro estuviera preparado todavía para escucharlo.

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