domingo, 19 de febrero de 2017

Cambiaste Mi Vida: Capítulo 26

—Debe de ser que los hombres con los que sales son unos idiotas —comentó.

—Eso ya te lo dije yo cuando nos conocimos — admitió Paula.

Sí, era cierto que le había dicho que le recordaba al hombre que la había abandonado.

-¿Por qué lo necesitabas? —preguntó Pedro.

—¿Cómo?

—La noche que me ingresaron, me contaste que tu pareja te había abandonado en el momento en el que tú más lo necesitabas. ¿Por qué lo necesitabas tanto?

Paula sintió que el corazón  le daba un vuelco. No podía contarle que había necesitado el apoyo emocional del padre de Sofía cuando la niña se estaba quedando ciega. La única persona que podía ayudarla en aquellos momentos, el hombre que había elegido para compartir la vida y ser el padre de sus hijos, le había dado la espalda. Obviamente, ni la quería a ella ni estaba dispuesto  a ser el padre de una niña con problemas. Si le contaba aquello,  Pedro iba a seguir haciendo preguntas y ella no creía que estuviera preparado para escuchar las respuestas. Algún día, cuando viera que él se había recuperado por completo de su tristeza, algo que ya estaba empezando a percibir en sus ojos, le contaría la verdad y le daría las gracias, pero ese día todavía no había llegado. Todavía no podía decirle que su hija veía porque su hijo había muerto.

—Pues sí que te lo tienes que pensar.

—Contestar a preguntas personales no forma parte de mi trabajo.

—¿Ah, no? —dijo Pedro cruzándose de brazos.

—No, mi trabajo consiste en cuidarte para que te pongas bien, pero no en contarte mi vida privada.

 —¿Y ese doble rasero? ¿Tú quieres que yo te cuente cosas de mi vida privada y tú no estás dispuesta a contarme nada?

—Exactamente.

—No me parece justo.

—Me da igual lo que te parezca —contestó Paula encogiéndose de hombros.

— Y a mí me da igual que no quieras hablar de tu vida privada. Insisto. ¿Por qué dices que te abandonó cuando más lo necesitabas?

Paula se dió cuenta de que, si quería que Pedro siguiera abriéndose, no tenía más remedio que contestar.

—Obviamente, lo digo porque tenía una hija con él —suspiró.

— Ya, pero tu respuesta me hace pensar que se había producido una situación concreta y especial. ¿Qué fue, Paula?

Paula se sentía incómoda, hubiera preferido que él no recordara lo que le había contado en urgencias aquella noche, pero ya no había marcha atrás.

—Sofía era nuestra primera hija y los dos estábamos un poco perdidos. Lo cierto es que para los padres primerizos es difícil acostumbrarse a que un niño se despierte catorce veces durante la noche porque tiene hambre o que se pase todo el día llorando sin saber por qué. El padre de Sofí no pudo soportar que le trastocaran su vida.

—¿Me estás diciendo que no supo cómo adecuarse a su condición de padre?

 —Más o menos.

 —Menudo idiota.

—Sí, eso ya lo sabemos todos.

—No todos los hombres somos así.

—Pues debe de ser que yo tengo muy mala suerte porque todos los hombres con los que he salido son completamente idiotas. A lo mejor, los atraigo.

—O, a lo mejor, inconscientemente, te sientes atraída por hombres que no te convienen en absoluto.

—¿Cómo es eso?

—A lo mejor, eliges deliberadamente hombres que no quieren formar una familia, que no quieren tener una relación seria con una mujer que tiene una hija.

Paula enarcó una ceja, indicándole que siguiera.

—No hay un hombre en tu vida porque tú no quieres que lo haya, porque te da miedo confiar.

—¿Y qué me aconseja usted, doctor Alfonso, que haga?

—Pedro te aconseja que lo superes.

—¿Así de fácil?

—¿Por qué no? Si el caballo te tira, tienes que levantarte rápidamente y volver a montarlo.

—Si te parece tan fácil en teoría, ¿Cómo es que no lo has puesto en práctica? —le preguntó.

En cuanto aquellas palabras hubieran abandonado su boca, deseó no haberlas pronunciado. Se suponía que no sabía nada de su hijo. Lo único que Pedro le había contado era que su esposa se había divorciado de él porque trabajaba demasiado. Sin embargo, mantuvo la compostura y se dijo que eso sería lo que le diría cualquiera al verlo solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario