miércoles, 16 de septiembre de 2015

Tentaciones Irresistibles Parte 4: Capítulo 52

Paula alzó la mirada hacia sus ojos.
—¿A tí cómo te ha ido el día?
—La verdad es que no me apetece ni contártelo. A primera hora de la mañana he tenido una reunión con mis padres. Como comprenderás, no tengo la costumbre de hablar con ellos de mi vida sexual. A esa reunión le han seguido varias con y sin el senador, en las que hemos estado hablando de las diferentes maneras de «manejar» la situación.
Paula señaló el periódico que tenía encima de la mesa. Lo había dejado abierto por la página en la que aparecían la fotografía y el artículo sobre la hora a la que había salido de casa de Pedro. Nadie sabía exactamente lo que había pasado en aquella casa, pero corrían todo tipo de rumores.
—No podemos negar lo que están diciendo. Aquella noche hubo sexo.
—Y más de una vez.
Paula  señaló el periódico con el dedo.
—Odio todo esto, Pedro. No soporto que investiguen cada momento de mi vida. Lo sé, lo sé, es porque mi padre es un senador. Pero yo no quiero nada de esto. No quiero tener que preocuparme porque alguien pueda seguirme y hacerme una fotografía. Yo no soy famosa, no quiero salir en las noticias.
—Yo tampoco, pero es inevitable.
—Pero tú ya llevas mucho tiempo viviendo así. Estás acostumbrado. Es lo que toda tu familia espera. Mi caso es diferente. Mi abuela va a tener que leer esto.
—Mi madre me ha preguntado que si era cierto. Para mí tampoco ha sido una situación cómoda. Esto no lo quiere nadie, pero es la realidad que tenemos.
Otra vez la lógica. Si Pedro tenía un defecto, era aquél.
—Pues a mí no me gusta. Yo no quiero vivir así —respondió Paula, intentando reprimir las ganas de echarle la culpa de todo.
Tuvo que recordarse que aquello no era culpa de Pedro. Que los dos se habían metido juntos en aquel lío.
—Pues tendrás que hacerlo, a no ser que quieras irte a vivir lejos de aquí —su tono de voz indicaba que él había considerado la posibilidad de huir en más de una ocasión.
—No pienso renunciar a mi vida tan fácilmente. Pero me molesta no tener otra opción. Y todo por culpa de la prensa.
—Lo que tienes que hacer es vivir tu vida y dejar que se vayan al infierno.
—¿Eso es lo que le has dicho a Carmen? —le preguntó—. Sé que esto le va a hacer mucho daño, y ésa es otra de las cosas que me molestan. Carmen no quiere ser motivo de especulación, pero lo es. ¿Por qué demonios quiere Miguel ser presidente?
—Porque cree que puede hacer algo para mejorar el país. Pero estoy seguro de que lamenta que sus objetivos estén interponiéndose en tu vida.
Paula frunció el ceño.
—¿Por qué me da la sensación de que estás enfadado conmigo? Yo soy la más inocente en todo esto.
—Todos somos inocentes, aunque tú eres la que más te quejas.
Al oír aquella respuesta, Paula estalló.
—¿Qué? ¿Te parece que me quejo demasiado? ¿Te resulta incómodo? ¿Esperas  que sonría pase lo que pase? ¿Qué no exprese mi opinión? Por lo menos no me quejo de que al parecer continúe mi mala suerte con los hombres.
En el instante en el que aquellas palabras salieron de su boca, Paula supo que había ido demasiado lejos. Su excusa, en el caso de que tuviera alguna excusa, era que llevaba demasiado tiempo sometida a una fuerte tensión emocional y además necesitaba dormir.
—Así que para tí soy como Ryan y Martín—dijo Pedro con voz glacial—. Bueno es saberlo.
—No, no es verdad —rectificó Paula rápidamente—. Lo siento. No quería decirte eso. Es sólo que me estoy quedando sin energía. ¿Por qué no podré conocer a un chico y tener una relación normal con él? ¿Por qué las cosas no me pueden salir bien?
—¿Te parece que conmigo las cosas no te han salido bien?
Estaba malinterpretándola a propósito.
—No, por lo menos bajo mi punto de vista —señaló el periódico—. Eso es horrible.
—Es una circunstancia externa que no tiene nada que ver con lo que ha pasado entre nosotros. Si quieres dar marcha atrás por culpa de la prensa, estarás permitiendo que ganen ellos.
—Yo no he dicho que quiera dar marcha atrás.
—Pero has dicho que era igual que los otros canallas que han formado parte de tu vida. Si eso es cierto, supongo que ya no querrás saber nada de mí.
¿En qué momento se le había ido de las manos aquella conversación? Se cruzó de brazos.
—Pedro, déjalo, no quiero discutir contigo. Estoy pasando una época difícil. Ya se me pasará.
—No, con esa actitud no. Tú quieres una solución inmediata y no la hay. Fuiste a buscar a tu padre y le has encontrado. Esto no va a ser fácil, Paula, ¿quieres intentar superarlo o piensas desaparecer en cuanto se presente el primer problema?
—¿Qué? Lo que estás diciendo es totalmente injusto. Yo jamás he huido de los problemas. ¿Crees que para mí fue fácil estar casada con Martín? Y no fui yo la que puso fin a esa relación. No me conoces, así que no sé por qué te crees con derecho a juzgarme.
—Lo mismo te digo.
Paula estaba enfadada por aquella conversación absurda, pero también muy dolida. No era así como quería que fuera su relación con Pedro. La noche anterior había sido maravillosa. ¿No deberían estar pensando en eso en vez de estar peleándose?
—Tengo que irme —dijo Pedro, y salió de la cocina.
Paula comenzó a seguirle, pero se detuvo. No tenía sentido decir nada más. Sin embargo, sacudió inmediatamente la cabeza: no, no quería dejar las cosas entre ellos de esa manera.
Salió tras él, pero para cuando llegó al vestíbulo, ya era demasiado tarde. Oyó el portazo. Pedro se había marchado.

3 comentarios:

  1. Qué bolonqui x favor. Paula se la lee enojada y molesta x todo. Espero que solucionen rápido todas las molestias. Está buenísima esta parte Naty.

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  2. Que capítulos!!! Pedro está poniendo lo mejor de él y Pau no lo ve! es lógico que reaccione así! Muy buenos capítulos!

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  3. muy buenos cap me dejas con intriga para los proximos besos

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