lunes, 7 de septiembre de 2015

Tentaciones Irresistibles Parte 4: Capítulo 25

Toda su atención estaba fija en Pedro. Así que era la ex nuera de Carmen. Paula se volvió hacia Pedro, ¿sería entonces su ex?
Silvina  pasó por delante de Paula y agarró a Pedro del brazo.
—Necesito hablar contigo, cariño. ¿Tienes un minuto?
Y se lo llevó antes de que hubiera podido contestar.
Carmen los siguió con la mirada.
—Todos sentimos mucho que las cosas no funcionaran entre ellos. Pero a lo mejor con el tiempo…
Paula  miró alternativamente a Carmen y a la pareja. ¿Pedro había estado casado con aquella belleza? Por supuesto, él no se habría conformado con una mujer normal y corriente. Pero después de aquella diosa, ¿cuál iba a ser la siguiente de la lista? ¿Halle Berry? ¿Scarlett Johansson?
Carmen volvió a centrar su atención en Paula.
—¿Qué tal ha ido el almuerzo con Miguel?
—Ha sido interesante. Muy centrado en la política. Están preocupados por lo que pueda pasar cuando la gente se entere de que existo. Pero yo no voy a decírselo a nadie, por supuesto.
Carmen le palmeó el brazo.
—Las filtraciones de información se han convertido en una forma de vida. Ya te acostumbrarás a ello. Ahora, dejemos que sean ellos los que se preocupen por la estrategia. ¿Te ha contado Miguel que ya se lo he dicho a los niños?
¿Ya se lo había dicho?
—No, sólo ha comentado que pensaba decírselo.
—Están encantados de saber que tienen otra hermana. Hagas lo que hagas, no les des tu número de móvil si no quieres que te vuelvan loca a todas horas —Carmen se echó a reír—. Me gustaría que vinieras a cenar pronto a casa para que podamos ir conociéndonos. Ahora eres una de los nuestros, Paula, para bien y para mal, así que vete preparando. Ahora que te hemos encontrado, no vamos a dejar que te escapes fácilmente.
—De acuerdo, iré a cenar cuando usted quiera —dijo Paula, sobrecogida por todo lo que estaba pasando.
—Y ahora tengo que marcharme corriendo. Te llamaré cualquier día de éstos.
—Y después se marchó —dijo Paula mientras se sentaba en una de las sillas del despacho de Sofía, en el Waterfront.
Faltaban todavía varias horas para que se abriera el restaurante y el ambiente era muy tranquilo. Su cuñada frunció el ceño.
—Carmen me parece una mujer magnífica. ¿Dónde está el problema?
—No, no es ella, tienes razón. Es una mujer maravillosa. Es sólo que… están pasando demasiadas cosas. Hace un mes, apenas era consciente de la existencia de Miguel Schulz. Y ahora resulta que soy su hija y, además, parte de una familia numerosa. Todo es muy raro. No sé qué pensar.
Sofía sonrió.
—Pero esto era lo que querías, averiguar cuál era tu familia. Aunque tengo que decirte que para mí continúas siendo una Chaves y no pienso dejar que te alejes de nosotros.
—Todo el mundo parece querer una parte de mí —bromeó Paula.
—Hay problemas peores.
—Sí, lo sé —agarró una taza de café que había dejado sobre el escritorio y bebió un sorbo—. Silvina es una mujer sorprendente. Una auténtica belleza. La clase de mujer que hace que todas las que están a su lado se sientan invisibles.
—Así que la odias —dedujo Sofía divertida.
—Sólo en teoría. A lo mejor es una buena persona —aunque la verdad era que no se lo había parecido. De hecho, al verla había pensado que tenía el aspecto de un depredador—. Me cuesta creer que Pedro estuviera casado con ella. Jamás habla de su matrimonio. Pero ví en Internet que están divorciados. Ya han roto por completo. Ésa es una de las ventajas de una familia como la de los Schulz. Puedes obtener información sobre ella a través de la prensa.
Alzó la mirada y advirtió que Sofía la estaba mirando fijamente.
—¿Qué pasa? —preguntó Paula.
—¿Has consultado Internet para ver si el divorcio era definitivo? ¿Y tú qué interés tienes en esa clase de información?
Paula clavó la mirada en su café.
—Era simple curiosidad.
—Oh, Dios mío, ¿te gusta? ¿Te gusta de verdad?
—No, claro que no.
—¡Estás mintiendo! Lo noto porque te has puesto colorada.
Paula se llevó la mano a la mejilla y ella misma sintió el calor. Maldita fuera.
—Mira, no es lo que tú piensas. pedro es… interesante.
—Pero son parientes.
—Pero no de sangre. No seas burra. Él es adoptado. Me parece un hombre amable y también atractivo, y es posible que haya cierto interés por mi parte, pero eso no significa nada.
Sofía no parecía muy convencida.
—Eso puede complicar las cosas.
—Nada va a complicar nada porque no voy a tener ese tipo de relación con él —no podía, por maravilloso que hubiera sido su beso—. No quiero saber nada de hombres —insistió, tanto para ella como para Sofía—. ¿Necesito recordarte mi pasado?
—No —respondió Sofía—, pero a lo mejor ha cambiado tu suerte.
—No es muy probable.

2 comentarios:

  1. Ya imaginé que iba a ser divina esta parte de la historia, Me encantaron todos los caps de hoy.

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  2. muy buenos espero los proximos besos

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