viernes, 4 de septiembre de 2015

Tentaciones irresistibles Parte 4: Capítulo 13

Durante todos estos días, he estado intentando reunir el valor que necesitaba para decírselo a él.
—Ya hemos tomado las muestras de ADN —le informó Pedro a su madre mientras le tendía una copa. Después le tendió otra a Paula—. Tendremos los resultados dentro de un par de días.
Carmen sonrió.
—Desde luego, tenemos sitio para otra persona en la mesa. Miguel  y yo siempre hemos querido tener una familia numerosa. Tomamos la decisión de adoptar a todos nuestros hijos mucho antes de casarnos. Pero estoy segura de que, si al final resultas ser su hija, a mi marido le hará muchísima ilusión saber que sus genes pueden continuar perpetuándose.
Todo en Carmen rezumaba elegancia y aceptación de la reciente noticia. Paula estaba gratamente sorprendida. Si a ella le hubiera pasado algo parecido, no estaba segura de que hubiera podido ser tan amable con la hija de su marido.
—Está siendo muy amable conmigo —musitó.
—Demasiado amable —dijo Pedro.
Carmen le dirigió una mirada fugaz a su hijo y después se volvió hacia Paula.
—Esta noche conocerás al resto de la familia.
—Ya he conocido a Ian.
—Oh, Dios mío —Carmen sacudió la cabeza—. ¿Y ha dicho algo por lo que tenga que justificarme?
Paula se echó a reír.
—Creo que es genial.
—¿Y?
—Quería saber si yo era una stripper.
—Dios mío, ese chico es incorregible. Te suplico que le disculpes.
—No, no, por favor, no tiene por qué disculparse —le dijo Paula—. Es un chico encantador, y muy divertido. Me ha caído muy bien —a diferencia de Pedro, Ian había sido muy auténtico.
—Ian se enfrenta a la vida a su manera. Es un chico brillante. La universidad de Stanford le ha ofrecido una beca y también otras universidades. Como siga estudiando tanto, al final no sabremos de qué hablar con él.
Parecía muy orgullosa de su hijo.
Pedro dio un sorbo a su bebida.
—Siempre podrás preguntarle por la última stripper.
Carmen suspiró.
—Debería haber adoptado solamente niñas.
Paula se echó a reír.
—Estoy segura de que le adora. Lo noto en su voz.
—Por supuesto que le adoro —respondió Carmen—. Es mi hijo.
Era maravilloso ver cómo le aceptaba. Los hijos de los Schulz tenían una gran suerte al poder contar con una mujer como ella. Y también Miguel, claro.
—De momento les diremos que eres una amiga de la familia —continuó diciendo Carmen—, hasta que hayamos confirmado tu relación con Miguel.
—Por supuesto —dijo Paula rápidamente—. Y en el caso de que al final resulte ser hija de Miguel, no tenemos por qué decírselo a nadie. No quiero causar ningún problema.
Algo cambió en la mirada de Carmen, pero antes de que Paula hubiera podido descifrar lo que era, se oyeron pasos en las escaleras. Paula miró hacia la puerta y vio entrar a varios niños corriendo.
Todo el mundo sabía que los Schulz habían adoptado a niños con necesidades especiales cuando habían decidido adoptar. Dos de ellos, una adolescente y un chico algo mayor que ella, tenían el síndrome de Down. Las lesiones de los otros hijos eran menos visibles. Miró a Pedro. Lo único que sabía sobre su pasado era que le habían adoptado cuando tenía ocho o nueve años. Se preguntaba cuál sería su verdadera historia y por qué le habría elegido Carmen.
Carmen abrió los brazos y los niños corrieron hacia ella, hablando todos a la vez. Carmen los saludaba y les acariciaba mientras hablaba a una preciosa niña de unos once o doce años.
Pedro fue el siguiente. El grupo le rodeó para cubrirle de abrazos y bombardearle con decenas de preguntas.
—No me habías dicho que ibas a venir a cenar, ¿por qué no habías dicho nada?
—¿Viste ayer el partido de los Mariner? Les dieron una buena paliza.
Al final, Pedro se sentó a dos niños en el regazo y señaló a Paula.
—Tenemos compañía.
—Es verdad —confirmó Carmen—. Paula, éstos son mis hijos. A Pedro ya le has conocido, por supuesto. Mar  está en la universidad, así que no podrás conocerla esta noche. La siguiente es Luisa.
—Hola.
Luisa  era la chica con síndrome de Down. Era pelirroja, de pelo rizado y tenía una enorme sonrisa.
—Me gusta tu pelo —le dijo Paula.
—Y a mí me gusta el tuyo. Me gustaría cortármelo como tú —Luisa se mecía ligeramente mientras hablaba sin elevar mucho la voz.
Paula negó con la cabeza.
—Hazme caso, tu pelo es mucho más bonito que el mío. Yo en tu lugar no me haría nada.
Luisa se sonrojó ligeramente e inclinó la cabeza.
Carmen miró a Paula un instante y continuó con las presentaciones. A Tatiana, que no oía, a Leandro, con serias dificultades para hablar y después a Gastón, el otro hijo con síndrome de Down.
—La más pequeña es Ambar —le explicó Carmen mientras sentaba a la pequeña en el sofá.
Ambar suspiró resignada.
—Siempre soy la última. Odio ser la última. Yo quiero ser la primera.
—Eres la pequeña —respondió Luisa—, a todo el mundo le gustan los pequeños.
—Pero yo quiero ser la mayor.

4 comentarios:

  1. Me encantaron los 5 caps Naty. Divina la familia menos Pedro que parece arrogante e histérico jaja.

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  2. Quiero más mañanaaaa me encanta esta historia!

    @jesica_tkd

    Pd: Confieso que me corto los dedos para no buscar la original! :) deberías subirla todos los días!

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  3. Muy buenos capítulos! Pero que familia numerosa! seguro que va a amar a todos... en especial a Pedro, aunque ahora sea mala onda!

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  4. muy buenos cap me encantaron.. me intriga saber qe es lo especial de pedro.

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