lunes, 29 de junio de 2020

Volveremos a Encontrarnos: Capítulo 50

Gabriel y Paula estallaron en una carcajada y Pedro los miró con ira antes de levantarse con toda la dignidad que pudo. Salió y el día era radiante. Un día perfecto para hacer las malditas fotos del verano. Se temió que las oraciones para que lloviera no iban a ser atendidas después de que esos depravados hubieran decidido ponerse en contacto con Dios. Sin embargo, si él ya creía que Paula había disfrutado con su venganza, eso no era nada comparado con la ocasión que tuvo unas horas más tarde mientras Pedro temblaba de frío junto al neumático que colgaba sobre la poza. Se había levantado un viento del norte y aunque el día era maravilloso, hacía un frío realmente helador.

Pedro solo llevaba puesto unos vaqueros recortados. En principio le llegaban justo hasta encima de la rodilla, pero sus condenados ayudantes habían decidido que sería mucho más erótico si llegaban más arriba y los habían cortado con sus navajas hasta medio muslo. Cuando se quejó, le recordaron que era por una buena causa y Gabriel le había apuntado con la navaja, de modo que decidió que sería mejor tener la boca cerrada. Paula disfrutaba a conciencia con lo mal que lo estaba pasando.

—Esa sombra morada que tienes en los labios no va a quedar muy bien en la foto, jefe.

—Venga, date un chapuzón. Sería una foto preciosa.

—Deja de temblar, las fotos van a salir movidas.

Sin embargo, Pedro notó, sin que ello le gustara, que Paula no disfrutaba tanto como los muchachos.

—Hoy hace demasiado frío —decidió ella mientras se abrigaba mejor con la chaqueta—. Pedro, vamos a dejarlo.

—Sigamos.

Demostrar que uno era duro como el que más debía ser una muestra de pavoneo masculino, pero él no estaba dispuesto a desaparecer de allí. Hacerlo supondría otro día más de fotos en cualquier otro sitio.

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