viernes, 29 de julio de 2022

Tú Me Haces Falta: Capítulo 45

 —Estoy pensando que podríamos mostrarnos mucho más convincentes —respondió Pedro. 


A Paula se le secó la garganta.


—¿Cómo?


—Así.


Y Pedro la besó. La besó como un adolescente loco de amor. No había imaginado la calidez, se le metió dentro como un bálsamo milagroso. Tampoco había imaginado su dulzura. Pero lo que casi le hizo estallar fue la inesperada forma como ella lo besó, como si hubiera estado toda la vida esperando aquel momento.


—¿Paula? —Ivi Blake, decidió Pedro, era tan estúpido y tan torpe como había supuesto que era.


Pero al oír su voz, Paula se puso rígida en los brazos de Pedro. El momento pasó y él la soltó. Pedro se volvió hacia Blake, que estaba mirando a Paula unos escalones más abajo.


—Eras tú. Vanina me ha dicho que no podía ser, pero yo estaba seguro... —Iván miró a Pedro, frunció el ceño, y se dirigió de nuevo a Paula—. No me habías dicho que ibas a venir aquí.


—Paula no lo sabía —intervino Pedro—. Era una sorpresa.


Ivi Blake se echó a reír.


—Para mí sí que lo ha sido. No sabía que vinieras a estos sitios —e Iván miró a Paula como si estuviera esperando que hiciera las presentaciones.


—Oh, perdona, Iván. Pedro, te presento a Ivi Blake. Es posible que sepas quién es.


—Sí, puede ser —respondió Pedor.


A continuación, le ofreció la mano a Iván.


—Iván, éste es Pedro Alfonso.


—Pedro —Iván le estrechó la mano y esperó más amplia explicación, pero no la obtuvo—. ¿Por qué no venís a tomar una copa con nosotros?


—Esta noche no, Iván —dijo Paula antes de que Pedro pudiera intervenir—. Estamos cansados.


—Quizá en otro momento —añadió Pedro, y utilizando la pierna buena y apoyándose en la barandilla, se levantó con cierta dificultad.


Paula se puso en pie con él, le rodeó la cintura con un brazo y le ofreció su apoyo discretamente.


—Creo que alguien te busca, Blake —dijo Pedro.


Iván se volvió.


—Oh, Vanina, ya iba para allí —Iván se volvió a Paula—. Nos quieren sacar unas fotos para una revista. Será mejor que nos las saquen antes de que nos emborrachemos del todo. 


Paula saludó a Vanina y luego miró a Pedro con expresión interrogante. Él asintió.


—Adiós, Iván —dijo Paula.


—Te llamaré mañana, Paula.


Pero ella ya estaba subiendo las escaleras.


—Apóyate en mí, Pedro —murmuró Paula.


—Siento mucho que...


—Me avisaste de que eras tonto. La próxima vez, no seas además presumido y tráete la barita mágica, podrías utilizarla como bastón.


La próxima vez. No habría una próxima vez. No, si le quedaba un mínimo de sentido común.


—Gracias —dijo Pedro cuando llegaron arriba—. Creo que ya puedoarreglármelas solo.


—¿Estás seguro?


Ella aún le rodeaba la cintura y el brazo de Pedro seguía apoyándose en su hombro. Y, desde donde estaba, él pudo ver a Ivi Blake observándolos. Pedro dedicó una sonrisa a Paula.


—Bueno, supongo que no merece la pena arriesgarse —dijo él, dejando el brazo donde lo tenía. Pero le costó un verdadero esfuerzo no volver a besarla—. ¿Te ha gustado eso?


Paula no dijo nada. No sabía exactamente a qué se refería, si al club, al baile o al beso. Nadie la había besado así, como si el placer fuera lo único que importara.


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