miércoles, 20 de julio de 2022

Tú Me Haces Falta: Capítulo 21

 —Paula, deberías cerrar la puerta con llave. Podría entrar cualquiera.


—Ha entrado cualquiera —respondió ella, recuperando la compostura—. Creía que eras Marcela. ¿No he dicho... «Entra, Marcela»?


—Marcela está ocupada. Y como, al parecer, estás demasiado cansada para venir a cenar, te he traído esto —Pedro le ofreció un papel, pero no hizo esfuerzo por cerrar la distancia que los separaba.


Paula no se movió.


—¿Qué es? —Te han llamado por teléfono. Es un mensaje de alguien llamado Blake.


—¡Iván! —a Paula se le iluminó el semblante, y recorrió la mitad de la distancia que la separaba de Pedro hasta que, de repente, se dió cuenta de la informalidad de su indumentaria y se detuvo.


—¿Es tu novio? —preguntó Pedro, sorprendido.


—¿Sabes quién es?


—No, lo siento. ¿Debería conocerlo?


—Es Iván, Ivi Blake. Sale en televisión. Fuimos al colegio juntos.


—¿Sí? —entonces, tras pensar unos segundos—. ¡Oh, Dios mío! ¿No me digas que es ese idiota de disc jockey...?


—¡No es ningún idiota! —Paula saltó en su defensa como una leona.


Pero al momento, se dió cuenta de que su reacción había sido ridícula y que Iván ya no necesitaba que lo protegiera.


—Llevo todo el día intentando hablar con él —añadió Paula—. Ahora iba a intentarlo por última vez antes de acostarme.


—En ese caso, te he ahorrado la molestia —Pedro puso el papel encima de la mesa de centro—. El señor Blake, por fin, debe hacer recibido tus mensajes... Porque su secretaria me ha pedido que te diga que esta semana está muy ocupado, pero que te llamará tan pronto como pueda.


El rostro de Paula empalideció y el brillo de sus ojos se apagó. Fue como si se le hubiera apagado una luz interior, pensó Pedro. Pero, al momento, ella recordó que no debía perder los modales.


—Gracias —dijo ella con voz queda—. Siento que hayas tenido que molestarte. 


Pedro notó que el mensaje, a través de la secretaria, no era lo que Paula había esperado. Quizá hubiera sido la novia de Iván Blake en su ciudad natal; pero si ella había ido a Londres con la esperanza de retomar la relación donde la habían dejado, esa noche iba a derramar algunas lágrimas. Ivi Blake se había hecho famoso en la radio y ahora empezaba a serlo en televisión, ganaba más dinero del que podía gastar, y salía con mujeres dedicadas exclusivamente a su belleza. Mujeres ambiciosas que querían aparecer en la pequeña pantalla; que se las viera con Iván Blake era una manera de conseguir un papel en una película, era un paso adelante en el camino a la fama. Sospechaba que Paula Chaves no tendría ninguna posibilidad. ¿Debía advertírselo? ¿Le creería si lo hacía? No querría que lo hiciera y, desde luego; no se lo agradecería.


—No ha sido ninguna molestia —dijo Pedro, y entonces miró a su alrededor tras decidir cambiar de tema—. ¿Tienes todo lo que necesitas?


—Sí, gracias. Marcela ha sido muy amable —Paula se frotó los brazos como si tuviera frío—. Y tú también. Los dos han sido muy amables.


Pedro asintió, se acercó al termostato del radiador y lo hizo girar unpoco.


—Si necesitas algo, ven a la casa. 

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