lunes, 25 de julio de 2022

Tú Me Haces Falta: Capítulo 31

Iván comenzó a interrogar al público, haciendo como si eligiera al azar a los participantes. Les hizo preguntas y reveló cosas embarazosas sobre sus personalidades, aunque debían saber lo que se les avecinaba. Entonces, justo cuando Paula creyó que iba a pasarla de largo, retrocedió y se le acercó.


—¿Paula? —preguntó como si no la reconociera—. ¿Paula Chaves? ¿Eres tú de verdad, cielo, toda una mujer y preciosa?


Iván no esperó a que ella respondiera, lo que hizo fue volver la cabeza y mirar fijamente a la cámara. 


—No van a creerlo, pero esta preciosidad solía seguirme a todas partes en el colegio —dijo Iván—. Fue mi primera fan. ¿Qué haces ahora, cariño?


Paula casi no sabía qué decir. Casi.


—Estoy aquí sentada charlando contigo, Iván —contestó ella.


Iván le sonrió traviesamente.


—Me alegro de verte, Paula. Hablaremos luego, después del programa —durante un momento, ella le creyó. Iván estaba dándose la vuelta para marcharse cuando, de repente, se volvió hacia ella de nuevo—. No, tengo una idea mejor. Tú serás mi última participante.


—¿No te parece que la gente va a creer que está amañado? —dijo ella, intentando ponerle en evidencia.


Una momentánea expresión de sorpresa fue reemplazada por una traviesa sonrisa en el semblante de Iván. Al momento, se volvió a su público.


—¿Creen que lo teníamos preparado? —gritó Iván.


La audiencia contestó negativamente a gritos. Pero cuando Paula descendió las escaleras y llegó al escenario, la mirada que Vanina le lanzó parecía decir que si duraba dos rondas sería un milagro.




Pedro estaba mirando a la pantalla del televisor cuando Marcela le llevó una bandeja con café.


—Nadie diría que Paula sabía que acabaría en el escenario, ¿Verdad? — comentó Marcela al tiempo que ponía la bandeja en la mesa de café—. ¿Crees que lo han ensayado?


—No. Creo que Paula estaba comportándose como es ella.


—¿Crees que ganará algo? ¿Unas vacaciones quizás?


—No, por Dios. No quiero que se vaya a ninguna parte hasta que Laura vuelva.


—¿Tienes idea de cuánto tiempo va a estar Laura con su madre?


—No, no lo sé. Su madre se está recuperando bien, pero los pacientes de infarto tienen que mantener reposo durante bastante tiempo.


Marcela sirvió el café. 


—Yo no me preocuparía... Por Paula —comentó Marcela—. Además, no creo que ese tal Ivi la deje ganar nada, el público creería que estaba arreglado.


—No, supongo que no. Y también supongo que tiene otros planes respecto a Paula —Pedro agarró el control remoto y apagó el televisor.


El concurso era tonto y se realizaba a una velocidad vertiginosa mientras el público reía histéricamente cuando los participantes caían en trampas que, al principio, eran inofensivos globos de agua. Pero éstos pronto dieron paso a tanques de espuma y luego a algo que parecía una especie de desagradable pantano en miniatura. A pesar de que a Paula el pelo le caía por encima de los ojos desde que habían empezado el concurso y que se arrepentía enormemente de no haberle dicho a Petra que estaba ocupada aquella tarde, ella y tres participantes más sobrevivieron a las humillaciones a las que Iván les sometió. Después de aquello, se pasó a una fase que consistía en una ronda de preguntas a las que había que contestar rápidamente. Durante todo el tiempo, Paula no dejó de oír una voz interior que le decía que Iván acabaría pagando por aquello, y también rezó porque Pedro no estuviera viendo el programa. 

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