viernes, 15 de julio de 2022

Tú Me Haces Falta: Capítulo 14

Una sonrisa irónica mientras la conducía a través de una puerta que había en un rincón de la cocina indicó a Paula que Marcela sabía lo mucho que Pedro Alfonso podía incomodar. La oficina del ama de llaves era diminuta, no mucho más grande que un armario, pero tenía escritorio, mesa de despacho y teléfono; lo demás estaba colocado en estanterías.


—Haz las llamadas que necesites.


—Gracias y perdone, señora... 


—Jacobs. Pero, por favor, llámame Marcela y tutéame. Todo el mundo me llama de tú.


—Gracias, Marcela.


Cuando Paula llamó a la oficina de su prima, le dijeron que Juliana estaba de vacaciones y que no volvería hasta finales de mes. Colgó y se quedó mirando el teléfono un momento. Iván era la otra única persona que conocía en Londres. No había sido su intención llamarlo hasta no estar bien asentada y poder decirle con aire casual: «Hola. Estoy trabajando en Londres y se me ha ocurrido llamar para saludarte...». Pero aquello era una emergencia. Buscó su número de teléfono en la agenda y marcó.


—Producciones Ivi.



—¿Podría hablar con Iván Blake, por favor?


—¿Con quién?


—Con Iván... —pero recordó que ahora se llamaba Ivi, Ivi Blake, la nueva estrella de la televisión—. Con Ivi Blake. Soy Paula Chaves, una amiga suya.


—El señor Blake está en una reunión —la respuesta de la mujer parecía dar la impresión de pensar que estaba hablando con una chica que lo había visto una vez y que intentaba hacer que pareciese conocerlo mejor.


—En ese caso, ¿Podría darle un mensaje? —insistió Paula—. ¿Podría decirle que Paula Chaves ha llamado? Y dígale también que estoy en Londres y que necesito hablar con él urgentemente, ¿De acuerdo? Dígale que me llame a este teléfono.


Paula dió el teléfono de Pedro Alfonso, pero no obtuvo respuesta.


—¿Lo ha anotado?


—Sí. Se lo diré.


Y Paula vió mentalmente una chica arrugando una nota y tirándola a la basura. Iván se había hecho famoso y, probablemente, cientos de chicas lo llamaban a diario. Su madre se mostró mucho más contenta de oírla.


—¡Paula! Gracias a Dios que has llamado. Acabo de enterarme de que Juliana está de vacaciones —su madre siempre se enteraba de todo—. Tu tía ha venido a casa con una postal que Juliana le ha mandado desde Florida. Se ha ido allí con un novio.


El tono de desaprobación era evidente. 

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