viernes, 15 de noviembre de 2019

Amor y Traición: Capítulo 17

–¿Cómo puede preguntarme eso, señor? ¡Tengo cuatro hijos!

– Tome –contestó él mientras le entregaba a la niña.

Se tranquilizó al ver que tenía experiencia. Fue entonces cuando volvió a salir a la calle. Miró a Paula a través de la ventanilla del coche. Seguía durmiendo. Parecía muy cansada. Cuando la levantó en sus brazos, ella se movió, pero no se despertó. Murmuró algo en sueños y apoyó la mejilla contra su pecho. Le pareció que no pesaba casi nada. La miró a la cara y sintió algo en el pecho, algo que no habría podido definir. Fue con ella hasta el ascensor privado. Acababa de comprar ese ático de dos plantas como una inversión. No había tenido la intención de vivir en él, pero todos sus planes estaban cambiando rápidamente. Pensaba dejarla en la habitación de invitados, pero se detuvo antes de entrar. Se dio cuenta de que sería mejor que estuviera en el dormitorio principal. Era más amplia, tenía un gran cuarto de baño y estupendas vistas de la ciudad. Además, estaba junto a su despacho, que había sido remodelado rápidamente para convertirse en el dormitorio de la niña. Fue hasta su habitación y la dejó con cuidado en la enorme cama. Paula se movió, pero continuó durmiendo. Él cerró las cortinas y la tapó con una manta. Se quedó mirándola unos minutos más.

Le había asegurado que su matrimonio solo iba a durar tres meses, pero había empezado a cambiar de opinión desde que naciera la niña. Su hija era muy pequeña y frágil. Pedro sabía muy bien cómo era sentir que su existencia no había sido deseada, que sus padres no lo querían. Deseaba más que nada que su hija se sintiera segura y protegida, que tuviera un verdadero hogar, una familia de verdad. Aunque no tenía buena opinión de Paula, sabía que amaba a su bebé. Había sido muy valiente durante el parto e incluso admiraba que se enfrentara a él para decidir el nombre de su hija. Apretó los dientes y frunció el ceño. Creía que, si Paula podía soportar tan bien el dolor, también lo haría él. Decidió que no iba a divorciarse de ella. Pensó que los dos podrían sacrificarse. Él renunciaría a tener una esposa en quien pudiera confiar y ella renunciaría a su amor por McLinn. Además, creía que la responsabilidad era más importante que el amor. Sabía que a Paula no iba a gustarle el cambio de planes. Decidióque tendría que darle algo de tiempo para aceptar un matrimonio como ese, sin amor. Así podría llegar a apreciar lo que él podía ofrecerle y olvidar lo que había dejado atrás.

Salió del dormitorio y cerró la puerta. Temía que, después de los tres meses que habían pactado, Paula siguiera queriendo divorciarse de él y recuperar su libertad. Si llegaba el caso, estaba dispuesto a mantenerla prisionera, como un pájaro en una jaula de oro. Era su esposa y no iba a permitir que se marchara de su lado.

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