lunes, 4 de noviembre de 2019

El Seductor: Capítulo 64

–Si lo supiera todo, no tendría que preguntarte qué es lo que ha hecho que te bebas dos cervezas y media en mitad de la tarde, ¿No crees?

–No te preocupes por ello –dijo Pedro tras una pausa–. Seguro que estaré bien en un día o dos. Siento pagar mi mal humor contigo.

–¿Tiene esto algo que ver con la encantadora directora del colegio que te llevaste a Jackson ayer? –preguntó su hermano acto seguido.

–Podría decirse que sí.

–¿El gran Pedro Alfonso tiene problemas con una mujer? Esto debería estar en el libro de los récords –apuntó con ironía.

–Sí, sí. Gracioso, ¿Verdad?

–Vaya, estaba bromeando con lo de los problemas con una mujer, pero veo que es algo serio, ¿verdad? –dijo Federico tras observar su rostro preocupado–. Brenda dijo que esta era diferente. Después de aquel día en que fuimos a cortar los árboles de Navidad, predijo que te colarías por ella, pero la verdad es que yo no podía verlo. Debería haberla escuchado. Eso significa que le debo una cena en el rancho de Spring Creek. ¿Sabes lo que cuesta ese sitio?

–¿Tu mujer y tú apuestan sobre mi vida amorosa? –preguntó Pedro.

–Sí –dijo Federico con una sonrisa–, debería haberlo pensado mejor, ¿No crees? Brenda es muy buena en eso. Supongo que es lo que sucede cuando te crías con un padre que es rey del timo.

Enrique Montgomery, el padre de Brenda y el segundo marido de su madre, había tenido una fructuosa carrera en el mundo de las estafas hasta que la ley se hiciera cargo de él unos años antes de conocer a Ana.

–Entonces, ¿Qué sucede con Paula Chaves? –preguntó Federico–. Supongo que el viaje a Jackson y vuestra inesperada estancia allí no salieron bien.

–¿Por qué debería contártelo? Recuérdame otra vez cuándo nos hicimos los mejores amigos.

–Si no puedes pedirle consejo a tu hermano con la vida perfecta, ¿Qué otra cosa puedes hacer?

–De acuerdo –contestó Pedro tras considerarlo durante unos segundos–. ¿Quieres saber qué es lo que pasa? Te lo diré. Esto te encantará, seguro. Has pasado los últimos veinte años diciéndome cómo mi modo de vida salvaje y temerario se volvería en mi contra algún día, ¿Verdad? Pues tenías razón.

–¿Sí?

–¿Sabías que mi reputación está un poco empañada en Pine Gulch?

–No sé si diría empañada. Tal vez un poco manchada en algunos aspectos.

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