miércoles, 22 de noviembre de 2023

Irresistible: Capítulo 67

Un agente se dirigió a Pedro para echarlo de allí, pero él no dejó de buscar a Paula entre los amasijos de hierro. Al darse cuenta de que ella no estaba allí, preguntó.


—¿Dónde han llevado a los heridos? ¿Se han marchado ya las ambulancias?


El agente lo miró extrañado e hizo un gesto hacia la única ambulancia. Mientras Pedro iba hacia ella, murmuraba entre dientes que no tenía que haberla dejado conducir en su estado, con tan poca experiencia, si habría perdido el bebé, y mí cosas más.


—Pedro ¿Qué estás haciendo aquí?


Era la voz de Paula. Clara, familiar, cercana. Estaba junto a la ambulancia, hablando con un policía. Cuando acabó fue caminando hacia él, sin ningún problema, aparentemente.


—¿Estás bien? ¿Y el niño? Tu coche está destrozado, es increíble que no te haya pasado nada, y Bella me dijo que estabas atrapada —vió que empezaba a llorar y la abrazó—. Pau, lo siento. ¿Por qué no te han llevado al hospital?


—Pedro, estoy bien. No ha pasado nada. Sólo ha sido un choque en cadena; se ha creado un poco de confusión y poco más.


Pedro volvió a mirar a Gertie y vió que, en realidad, apenas tenías unas abolladuras en la chapa y el parabrisas roto. Ahora que tenía a Paula en los brazos, comprendía que el destrozo no era tan severo como había pensado al principio. Ella le explicó cómo se había producido el choque y cómo había podido controlar el coche para evitar que el daño fuera mayor.


—¿En serio estás bien? —su voz se hizo más grave al comprobar lo importante que ella era para él—. ¿Los dos lo están?


—¡Pau! ¡Oh, gracias a Dios! —Bella apareció corriendo tras ellos, abrazó a Paula y empezó a examinar todo su cuerpo buscando lesiones mientras lloraba copiosamente.


—Bella, para, estoy bien —pidió Paula.


Cuando Bella estuvo satisfecha, dió un paso atrás y la miró. Su fuerza era patente en esa mirada, y Pedro envidió el grado de unión en la peculiar familia que formaban las tres hermanas Chaves.


—Me temo que Gertie ha sufrido un poco —dijo Paula a su hermana mordiéndose el labio—. He llamado a Leonardo y me ha dicho que vendrá a buscarla enseguida. Mis plantas también están bien, pero pueden haber sufrido un leve trauma.


Bella la miró sin comprender nada, y Pedro imaginó que, después de la discusión, había ido a comprar plantas para relajarse. En ese momento llegó Leonardo a ocuparse del coche y llamó Sofía para ver cómo estaba todo. Al ver alejarse a Gertie con Leonardo al volante, Pedro se giró buscando su propio coche.


—Aquí tienes, amigo. Ahí está, sano y salvo —el hombre le lanzó las llaves del descapotable con una enorme sonrisa. Era un motero, a juzgar por su aspecto y sus ropas—. Es un lujo poder conducir uno de éstos de vez en cuando.


—Gracias —respondió Pedro, sacando la cartera—. ¿Puedo?


—No, a no ser que quiera que le rompa los dos brazos —repuso el motero—. Por cierto, esta chica está embarazada. Y está muy delgada.


Con esa frase se alejó, dejándolos a los tres boquiabiertos. Paula parecía demasiado sorprendida para hablar, pero Bella no parecía sufrir el mismo problema.


—¡Has dejado embarazada a mi hermana!


Un grito procedente del móvil de Bella les recordó que Sofía aún seguía al teléfono


—Bella, no es el momento ni el lugar.


—Sofía —llamó la hermana mayor—, te llamaré luego. Paula y yo tenemos que hablar.

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