lunes, 6 de noviembre de 2023

Irresistible: Capítulo 33

 —Voy a pedir que nos traigan todo eso —Pedro miró curioso a las tres hermanas y sacó su teléfono móvil—. Estaré encantado de invitarlas a cenar.


En otras circunstancias, Paula habría protestado, pero cuando la alternativa era una indigestión con la comida de Sofía, su respuesta fue darle a Pedro los números de los restaurantes.


—Tenemos que poner nuestros cerebros a trabajar esta noche.


Para cuando llegó la comida, toda la sala de estar estaba cubierta de trocitos de papel con preguntas y respuestas, Sofía estaba encantada con Pedro, y Bella había sacado su vajilla favorita, en un claro gesto de aprecio hacia él.


—¿Qué te parece ésta? —preguntó él a Paula.


Ella se inclinó tanto para verla que casi cayó en su regazo. Pedro estaba sentado en el suelo, justo detrás del asiento de ella, y Paula oyó el golpeteo de su pulso en los oídos perfectamente. Lo había hecho a propósito, tenía que haber sido a propósito, y justo cuando más relajada estaba ella...


—Hum —dijo, y carraspeó un poco—. No tengo ni idea.


—Yo tampoco —respondió él, con una sonrisa lobuna que sus hermanas no pudieron ver. Levantó la caja de pizza hacia ella y dijo—. ¿Te puedo tentar con un trozo de pizza?


—No, gracias —ya la estaba tentando con sus gestos, sus sonrisas...


Él sonrió como si no hubiera pasado nada, y siguió hablando con sus hermanas, pero el brillo de sus ojos hablaba por sí solo. Pedro había acabado con sus defensas con una sonrisa y poco más. ¡Era una blanda! A partir de ahí, todo se precipitó: Miradas sensuales, roces que no tenían nada de indiferentes, conversaciones juguetonas y hasta una pequeña pelea por una de las partes del crucigrama. Todo fue muy sutil, y Bella y Sofi no se enteraron de nada por lo concentradas que estaban, pero para cuando ellas decidieron irse a la cama, el cuerpo de Paula temblaba.


—Seguiremos mañana —dijo Bella, poniéndose en pie y estirándose.


—Yo me quedaré un ratito más —Paula estaba atascada en una pregunta, pero sus sentidos estaban atascados en Pedro y el calor que desprendía su cuerpo, pues sus muslos se rozaban.


¿Cuánto tiempo llevaban sentados en la moqueta? ¿Se quedaría cuando sus hermanas se marcharan? «No deberías querer que se quedara y deberías olvidar que te besó de una vez».


—Tú verás, pero mañana no te quejes y me digas que estás cansada —le dijo Bella, mirando a Pedro, antes de salir de la sala con Sofía.


—Creo que tu hermana estaba pensando si debía ser protectora y quedarse contigo —las palabras de Pedro le provocaron escalofríos y le hicieron pensar en lo cerca que estaba de meterse en líos sentada en el suelo con un hombre en medio del salón.


—Bella es la mayor de las tres. Decidió que tenía que cuidar de nosotras cuando... —se detuvo. No quería hablar de sus padres.


Miró a Pedro y se preguntó si la querría a ella como postre en lugar del flan que le había ofrecido sofía. De repente, lo del postre le pareció una estupenda idea, siempre que incluyera besos con Pedro en el suelo. «¡Estás a punto de lanzarte sobre él!» Y eso no podía permitirlo.


—Paula.


Su nombre completo. Otra vez. En los labios de Pedro sonaba tan bien...

No hay comentarios:

Publicar un comentario