Irresistible: Capítulo 41

 —Genial. Ahora estaremos aquí atrapados juntos a saber cuántas horas. ¿Es que la cosa podía ponerse peor? Esto es lo último que necesitaba —en cuanto acabó de hablar, deseó poder tragarse sus palabras, pero el daño ya estaba hecho.

—Si no quieres ayudarme a llegar al coche —le dijo ella, en tono gélido—, llegaré sola. No quiero ser una carga.

—Vamos a mi coche —dijo él, preguntándose cómo podía ser tan torpe—. Es el que más cerca está.

—De acuerdo —asintió ella, soltando la mano que él le acababa de tomar para agarrarle el brazo—. Así podrás encender las luces y encontrar a Gertie. Quedarme atrapada contigo también es lo último que yo necesito.

—No quería enfadarte.

—No pasa nada —pero su cuerpo estaba tenso—. Estoy segura de que ya has razonado y has comprendido que no puede haber nada entre nosotros.

—Nunca he tenido un problema de razonamiento. Tú eres la que lucha contra sí misma y va por ahí dando órdenes ridículas —era su razonamiento lo que lo tenía tan enfadado en ese momento.

—Yo no te dí una orden, sino que te lo pedí educadamente. Y no soy ridícula.

—No, la verdad es que el tonto soy yo —entonces llegaron a su coche—. Aquí está.

Furioso entró y la miró a la débil luz del interior del coche. Casi se quedó sin respiración, pues aún nerviosa y enfadada, estaba preciosa.

—Gracias —dijo ella, con voz temblorosa—. Ahora, si enciendes las luces...

—Pau, no puedes marcharte. No podemos salir de aquí. Estamos atrapados hasta que vuelva la luz —podía haber enmascarado la dura realidad, pero era lo que había—. Sin electricidad, no se abrirá la verja.

—No puede ser —su voz era más débil de lo normal, por el miedo y la tensión, pero el brillo de sus ojos... Estaba motivado por otra cosa: A pesar de lo que le había dicho el sábado, ella aún lo deseaba.

—La única forma de salir es rompiendo la barrera con uno de los coches.

—Y supongo que tampoco podremos volver al edificio.

—No. El ascensor también funciona por electricidad, y la escalera de incendios está...

—Cerrada desde el interior —terminó ella por él—. Entonces me quedaré en el coche hasta que vuelva la luz. Espero poder hablar con mis hermanas por el móvil para que no se preocupen.