lunes, 28 de noviembre de 2022

Yo Estaba Aquí: Capítulo 59

  –¿Se te ha olvidado dónde guardamos los trapos, niña? –preguntó la señorita Joan, que de pronto había aparecido junto a ella. Sobresaltada, y aún eufórica, Paula se quedó con la boca abierta–. ¿Estás bien? Creí que te habías ido a comprar los trapos a la tienda.


 –Estoy bien –se apresuró a asegurarle Paula, y después explicó por qué no había regresado–. Pedro ha estado aquí. Venía buscando a Luciana. Le he enviado a buscar a Cristian y a ver qué pasa con el médico.

 

–Bien pensado. Yo iré a por los trapos, tú haz compañía a Luciana y a los bebés –contestó la señorita Joan señalando hacia el cuarto de baño.


 –No. Yo me encargo –insistió Paula–. Usted vuelva con Luciana para ver a sus nietos.

 

Imaginaba que su jefa se daría la vuelta y volvería a entrar en los lavabos, pero, en su lugar, la mujer se quedó mirándola y, en un momento de ternura inesperada, le dio un beso en la mejilla.  Cuando Paula se quedó mirándola, asombrada, murmuró:


 –Gracias.

 

–Como acabo de decirle a Pedro, Luciana ha hecho todo el trabajo.

 

–Pero tú le has explicado cómo –señaló la señorita Joan. Acto seguido se dió la vuelta y desapareció en dirección al lavabo.

 

Como si de pronto hubiera salido de un trance, Paula corrió hacia el armario para buscar los trapos. Un minuto más tarde entró Cristian, corriendo como si estuviera intentando huir de una estampida de ganado.


 –¿Dónde? –preguntó estresado al ver a Paula.


 –En el lavabo –respondió ella señalando con la mano.

 

En cuanto Cristian desapareció para ir a conocer a su nueva familia, Pedro y Angélica regresaron con el único médico del pueblo.


 –Perdón –se disculpó Daniel–. Estaba tratando el brazo roto de Alejo Riley y no podía dejarlo así. Necesito otro médico que me ayude –le dijo a Paula–. ¿Dónde está mi paciente? ¿O debería decir pacientes?

 

–Luciana y los bebés están en el lavabo. Cristian y la señorita Joan también.

 

–Parece que tendré que entrar con calzador –comentó el médico mientras caminaba en dirección a los lavabos.

 

–¿Doctor? –le dijo Paula. Cuando el médico se detuvo y la miró por encima del hombro, ella le entregó los trapos que había sacado del armario– . Puede que quiera llevarse esto. Ahora mismo los bebés están envueltos en delantales.

 

Daniel aceptó los trapos.


 –Eres una joven muy resuelta, Paula Chaves–le dijo con admiración en la mirada.

 

Ella se encogió de hombros, como si quisiera quitarle importancia al cumplido. Estaba acostumbrada a mantenerse al margen, en un segundo plano, a no destacar por nada.


 –Cuando hay una urgencia, tienes que apañártelas como puedas – contestó a modo de justificación.

 

Dado que en el lavabo no se oía ningún ruido, Daniel se permitió una pausa más larga.

 

–Pedro me ha dicho que estás estudiando para ser enfermera y que terminarás el curso en seis meses. ¿Es cierto? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario