lunes, 7 de noviembre de 2022

Yo Estaba Aquí: Capítulo 15

  –No te creas –respondió–. Tiene que ser buena y estar alta.

 

Pedro se rió al recordar lo que le había oído decir a Nadia mientras él hablaba con su hermano.

 

–Nadia solo quiere darle a Pablo Parsons una excusa para abrazarla – murmuró.

 

–¿Pablo Parsons? –preguntó Paula–. ¿Estás seguro?

 

Era la primera noticia que tenía de que Nadia quisiera acercarse a Pablo. Cuando Nadia le había hablado de salir esa noche, había dado la impresión de que quería tener una noche de chicas para pasarlo bien y escuchar algo de música. Su amiga no había dicho una sola palabra sobre desear acercarse a Pablo.  ¿Deliberadamente?


 –Estoy seguro –respondió Pedro–. Eso es lo que le dijo a su hermano. También dijo que Leticia Adams esperaba llamar la atención de Tomás Smith. Ahora que lo pienso, Nadia mencionó también a Renata Wells, pero no oí el nombre del chico al que Renata planeaba acorralar.


 –¿Así que todas van detrás de alguien? –preguntó Paula.

 

Estaba haciendo todo lo posible por ocultar la angustia que iba creciendo en su interior. ¿Por qué Nadia no habría sido sincera? «Porque sabía que te negarías a venir si sabías que quería llamar la atención de un chico. Ya lo sabes», se respondió a sí misma.


 –Eso es lo que me pareció a mí –le dijo Pedro. Después se encogió de hombros–. Pero oye, podría estar equivocado. E incluso aunque lleve razón, puede que solo pretendan pescar algo. Creo que, si fuera algo cerrado de antemano, lo habrían concretado todo antes de ir a Murphy’s. Así que, si es algo que está en proceso, será muy informal –le aseguró–. ¿Estás segura de que no hay nadie a quien quieras pescar tú?

 

–Estoy segura –respondió ella con firmeza. Sabía desde el principio que aquello era una mala idea–. Mira, creo que tal vez sea mejor que me lleves de vuelta a casa.


 Pedro siguió conduciendo en dirección a Murphy’s.

 

–Lo siento, muñeca. Ya te he dicho que no quiero llegar tarde al primer tema de Joaquín. Siento curiosidad por ver cómo lo hace. Además, si te llevo a casa ahora, ese impresionante vestido se echaría a perder, dado que yo sería el único que te lo vería puesto.


«Tú eres el único que importa», pensó ella.


 –Puedo reservarlo para otra ocasión.

 

–Vamos, muñeca, ¿Dónde está tu espíritu aventurero? Suéltate el pelo.

 

–Quizá debas revisarte la vista –respondió Paula con cierto sarcasmo– . Ya llevo el pelo suelto.

 

–¿Lo ves? –preguntó él con esa sonrisa cautivadora–. Ya estamos cerca.

 

Paula suspiró y, por el momento, se rindió y se acomodó en el asiento. El viaje no había terminado. Murphy’s parecía haber sido inundado por una comunidad de luciérnagas. Estaba tan iluminado que se veía a manzanas de distancia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario